Vuelta al pasado

Capítulo #11

Como si los dioses se hubiesen apiadado de mi poco juicio y voluntad, un rayo de conciencia cayó golpeando a mi genio liberándome del embrujo que Yoongi me había puesto. La cálida e intrusa luz anaranjada que se filtraba por las ventanas de la descuidada morada había desaparecido y en su lugar podía verse la luz blanquecina y tenue denotando así la presencia de la luna.

Sus brazos rodeaban mi anatomía siendo estos mi único abrigo ante la desnudez, intenté zafarme de su cobijo lentamente pero el sonido de su respiración tan pausada y profunda me hizo entender que él había caído rendido en un profundo sueño post sexo, incitado en parte por el alcohol que previamente había consumido. Un sentimiento de culpa me invadía de solo pensar en despertarlo pero no podía pasar la noche allí, definitivamente debía volver a la realidad.

Tras un acalorado debate interno, la razón obtuvo su victoria y sin más aparté su brazo de mi cintura para incorporarme en busca de mis prendas. Con mi abrupto movimiento fue imposible que él siguiera inmerso en aquel sueño y a decir verdad había logrado sobresaltarlo. — ¿Donde es el incendio? — cuestionó peinando con la diestra su alborotado cabello, sonreí levemente adjudicarndome ese look alocado.

— No puedo desaparecer así del mundo Yoongi, debo volver a casa — declaré mientras terminaba de entrar en mis jeans, recogí mi cabello en una rápida coleta y tomando la cámara lo miré expectante — ¿Vas a seguir ahí mirándome o vas a venir conmigo? — consulté arqueando una de mis cejas. Realmente esperaba que luego de aquel pequeño descanso el hubiese recuperado sus cinco sentidos como para poder darme un aventon hasta la casa, ya se había hecho tarde y no deseaba volver sola a pié.

— ¿Se supone que eso es una invitación? — mencionó jocoso mientras se vestía colocándose su ropa interior — Si estás buscando más diversión podemos encontrar algún lugar a donde seguir nuestra fiesta — se acercó rápido a mi tomándome por la cintura con total soltura y besó mis labios sin inhibición alguna.

— Lamento arruinar tus planes pero no se va a poder, mañana debo trabajar y levantarme temprano — respondí veloz a su insinuación apartando mis labios de los suyos, no podía permitirme caer nuevamente en lo mismo. 

El ladeo su cabeza buscando mi mirada y soltó un pesado suspiro — que aguafiestas — besó con resignación mi mejilla y terminó rápidamente de vestirse para así poder salir juntos de aquel submundo al que habíamos viajado.

El calor y la humedad de aquella noche de verano fácilmente logro apaciguarse a causa de la velocidad a la que él iba, el viento chocaba contra mi rostro de manera refrescante haciendo que disfrutara en grande aquella vuelta en moto. Viajar con él abrazada a su cintura había comenzado a gustarme, la sensación de adrenalina recorriendo mi cuerpo me hacía sentir viva. Desafortunadamente las distancias eran cortas si uno no iba a pie y en un abrir y cerrar de ojos aquel emocionante viaje había llegado a su fin deteniendonos en la puerta de mi hogar. 

Sin muchas ganas descendí de su motocicleta y con algo de duda besé su mejilla despidiéndome, no estaba segura de como actuar o que decir exactamente luego de todo lo ocurrido. El detuvo mi andar llamando mi nombre y sujetando de manera ágil mi mano, lo observé por encima de mi hombro con una pequeña sonrisa en mis rostro la cual rápidamente traté de esconder mordiendo mi labio inferior. — ¿Pensaste que hacer con tu trabajo en la cafetería?... tal vez puedas buscar otro empleo que no te haga sentir así de incómoda o acosada por tu compañero — soltó una pequeña risa tirando levemente de mi haciendo que me acercara nuevamente a él.

— De momento no pienso hacer nada, se que una propuesta nueva no va a golpear mágicamente a mi puerta pero por otro lado no puedo darme el lujo de renunciar, a demás no es como si Hoseok me acosara o algo por el estilo, es más la incomodidad que nuestras simples presencias nos puedan llegar a causar — alcé mis hombros sintiendo que no había explicación mas sencilla ni clara que la que acababa de darle, acaricié el dorso de su mano y lentamente me zafé de su agarre —