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El agua fría le puso la piel de gallina, pero luego de unos minutos sintió su circulación reactivándose y llenando su cuerpo de una energía sensacional.

Se envolvió el cabello en una toalla y se apresuró a secarse el cuerpo con otra. Jules le había prestado algunas prendas, y Kylie se encontró a gusto con su selección: jeans, remera y buzo, todo negro. 

Cuando salió del baño, un golpeteo llamó a su puerta y demoró unos segundos en abrir. Se llevó una gran sorpresa al ver a Will, de pie en su umbral y con una expresión extraña.

—Hola —dijo, sin saber si agregar algo. Afortunadamente, él parecía apurado y fue directo al grano.

—Mañana comenzaremos a entrenarte para La Prueba —su voz era dura, y Kylie se preguntó si sería un personaje suyo creado para ese lugar, o si era su verdadero yo —. Jules y yo nos haremos cargo de eso, y ella también diseñará tu escenario. Tenemos tres semanas antes de que Jobs decida la fecha.

—¿Tres semanas? —era muy poco tiempo. Nadie aprendía a pelear ni a manejar armas en tan sólo veinte días.

—No sabes cuánto tuve que insistir para que no fuera sólo uno.

Kylie soltó un silbido y asintió lentamente.

—Bien, Jules estuvo golpeándome un poco ayer. Supongo que serán tres semanas exhaustivas.

—Espero que te guste que te maltraten —sonrió de lado, con una picardía que ella captó instantáneamente.

—Cierra la boca —y cerró la puerta, sonriendo. 

—x—

El desayuno estaba listo y la chimenea ardía como cada mañana. El viento ululaba en sus ventanales y una brisa fresca se colaba por debajo de la puerta. 

Revisó sus redes y se le detuvo el corazón por unos segundos cuando vio la notificación que acababa de llegarle. En cuanto recobró la poca calma que pudo reunir, marcó al número y rogó porque no atendiera. Pero lo hizo.

No puede haber cabos sueltos.

—No los habrá, señor —la voz le tembló.

Entonces ya sabes lo que debes hacer con el chico que te visitó por la noche.

Contuvo la respiración, nerviosa y llena de dolor. Sabía que oiría esas palabras tarde o temprano, pero no esperaba que fuera tan pronto.

—Por supuesto, señor.

La llamada terminó y sintió las lágrimas cayendo por su rostro. Miró las ardientes llamas que le daban calor en esa fría mañana y respiró hondamente. Su siguiente llamada también respondió al instante, y su voz ahora sonaba llena de furia.

—Necesito de tus servicios —escuchó con atención el pedido y pronunció el nombre con el corazón estrujado —. Bradley Reagan. Debe morir.

—x—

—Deberíamos buscar un nuevo punto de reunión considerando que este lugar es un congelador —Jake se soplaba las manos con su aliento caliente. A pesar de los guantes, no podía sentir los dedos.

—Will dijo que necesitabas mi ayuda —Jules lo ignoró por completo —. Sólo di los nombres que necesitas y buscaré los archivos.

—Bien, vas directo al grano —comentó —. Comenzaré con Matthew Locke.

Jules lo conocía, y era por eso que sonrió ante la simpleza de ese inicio. Habían ido juntos a la escuela, y eran vecinos. Nunca tuvieron una amistad mayor a la de ser concurrentes de los mismos sitios, pero tampoco existían rencores ni rivalidades.

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⏰ Última actualización: Jul 22, 2020 ⏰

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