Nuestra historia transcurre en un reino pequeño, pero próspero, donde el clan Mcclain había llevado la corona por más de 10 generaciones, siempre con gran sabiduría para mantener la paz y armonía del reino sin importar qué.
Esta responsabilidad estaba por ser sucedida al hijo mayor del rey, el joven príncipe Lance, quien de niño había sido algo más revoltoso que sus hermanos y más difícil de enseñar, pero al igual que su ascendencia tenía un gran y noble corazón, y con el tiempo, sus actitudes de liderazgo y disciplina fueron desarrollándose poco a poco, llegando hasta este momento, donde en unos pocos meses sería coronado como el nuevo rey. Esto en realidad lo ponía algo nervioso, ya que no quería defraudar por nada a sus súbditos y sobretodo a su padre, el cual estaba poniendo toda su confianza en él.
Su agenda como futuro gobernante estaba bastante ocupada. Casi todo el día tenía distintas lecciones que iban desde combate y equitación hasta lectura, además de un tiempo que debía destinar para atender consultas de sus futuros súbditos, junto con su padre.
Todo parecía ir bastante bien rumbo a la coronación del nuevo monarca. El príncipe procuraba mantenerse concentrado en sus obligaciones, y ahora su próximo deber era recibir a parte de los nuevos miembros de la servidumbre del castillo, puesto que aunque fueran solo empleados, debía conocerlos bien y poder confiar en ellos, ya que lo más importante de ahora en adelante sería mantener al rey a salvo.
Lance se encontraba en su habitación, arreglándose un poco. Cuando terminó, escuchó que llamaban a su puerta y era una criada que le informó que su padre lo solicitaba.
Bajó entonces las escaleras, llegando a una de las habitaciones principales del castillo, donde su padre, el Rey, tenía su trono.
Se paró junto a su padre, el cual se encontraba hablando con un hombre que había sido también parte de sus empleados de confianza, el cual ahora le estaba presentando a su hijo, quien se suponía debía "velar por la seguridad del nuevo Rey, y estar con él pase lo que pase".
Lance quedó totalmente anonadado al verlo. Aunque por fuera debiera guardar la compostura.
Su nombre era Keith. Era era un joven, seguramente de su misma edad o similar. Su cabellera era negra y la traía en una coleta hacia atrás. Su piel blanca y perfecta, como la porcelana, además de poseer unos bellos ojos cafés, que se veían serenos y profundos.
La voz de su padre sacó a Lance de sus pensamientos, llamándole un poco la atención y haciendo un gesto al nuevo chico para que se acercara, el cual se aproximó más cerca hacia donde ellos estaban e hizo una reverencia.
El rey explicó que antes de que él se quedara definitivamente con el puesto debía demostrar que podía cumplir con su trabajo, velar por la seguridad del príncipe y ganarse su confianza, ante lo que éste volvió a hacer una reverencia respetuosa.
-Estoy dispuesto a todo lo que mi príncipe y futuro rey solicite.-
El rey sonrió en señal de aprobación y una vez terminadas las formalidades del encuentro éste señaló a Lance que ya podía retirarse en compañía de Keith.
Ambos se dirigieron a las afueras del palacio, pues éste era un día libre para el príncipe de sus responsabilidades y podría aprovecharlo para conocer un poco a su sirviente.
Una vez se adentraron un poco en el bosque próximo a su hogar, Lance comenzó a hacer algunas preguntas al chico que lo acompañaba.
Éste el principio se mostraba algo tímido. Se notaba que la presencia del príncipe lo ponía algo nervioso, pero después de todo en su primer día era una reacción algo normal.Luego de un rato de conversación pudo obtener valiosa información para él, como que ambos tienen la misma edad, su color favorito es el rojo y le gusta mucho la espada. Hasta tenía una que siempre llevaba consigo que era su "espada de la suerte".
[ ... ]
Con el paso de los días pudieron ir conociéndose más íntimamente, y al cabo de unas semanas, el príncipe comenzó a darse cuenta de que había desarrollando un sentimiento de afecto hacia él. Un afecto que iba más allá de la amistad. Incluso rozando el deseo...
Cuando ambos estaban entrenando, y él utilizaba su fuerza, se marcaban un poco más sus músculos. Momento en el cual Lance no podía evitar pensar en cómo se vería sin sus prendas, con su cuerpo junto a él, en la privacidad de sus aposentos. Aunque notaba que el contrario sí actuaba de forma algo extraña en ocasiones.
Cuando estaban ambos solos en medio del bosque, o en su habitación, éste se sonrojaba. Se notaba más nervioso al estar más cerca del príncipe, o al tener que esconderse juntos, en alguna situación donde debían observar algo con sigilo.
El príncipe hasta ahora no había querido aprovecharse de su situación de superioridad, pero estas actitudes en su sirviente le hicieron pensar en probar qué tal lejos estaría dispuesto a llegar con él, y si cabía la posibilidad de que pudiera corresponder estos sentimientos.
Le había pedido que fueran a su habitación juntos, pues tenía algo importante que hablar con él.
Cuando éste llegó, le ordenó que cerrara y bloqueara la puerta, dejándolo algo extrañado.
-¿Ocurre algo, su alteza? ¿He hecho algo mal?- Pregunta algo inseguro, acercándose a él.
-Bueno...
Como sabrás, mi coronación es en unas semanas, y tú aún estás en periodo de prueba.
Entonces bien. Quisiera saber qué tan dispuesto estás a servirme, y si realmente puedo contar contigo.- Mirándolo seriamente, estremeciendo un poco al pelinegro, el cual se notaba algo incómodo ante sus palabras.-Sí, por supuesto. Lo que usted desee, yo puedo hacerlo. "Mi príncipe".-
A Lance le encantaba que su sirviente lo llamara así. Lo quería, y quería también que fuera suyo en todas las formas posibles, pero no haría nada sin saber cómo se sentía.
-Keith ¿Has tenido sentimientos por mí más allá de tu lealtad de servidor?-
Esto dejó en shock al nombrado. No podía creer lo que su señor estaba preguntando. Sabía que tenía sentimientos indecorosos hacia él. Se habían vuelto muy cercanos, y en su mente y su corazón anhelaba ser algo más con él, pero era un príncipe, y ers casi imposible que esto fuera recíproco.
Bajó su mirada y permaneció sin decir nada. Muy sonrojado.
-Te hice una pregunta. Quisiera que la respondas, por favor.-
-Yo... Sí.- Pronunció manteniendo su mirada baja. -Lo siento mucho realmente, y no es mi intención incomodarlo, pero me encanta servirle y estar con usted. Cuando estoy a su lado no me importa si soy solo un sirviente para usted, el verlo complacido con lo que hago es lo mejor para mí.- Sin levantar su mirada, sonríe levemente al pensar en esto, y siente que su señor lo sujeta por la cintura con uno de sus brazos, mientras con una mano levanta su barbilla para besarlo, dejándolo con sus ojos más abiertos que nunca, por la sorpresa.
Poco a poco comienza a relajarse y a corresponder al beso, tímidamente.
El príncipe, con ambos brazos alrededor de su cintura lo atrae más hacia él, mientras lentamente Keith va pasando sus brazos por el cuello del contrario.
Ambos continúan besándose varios minutos, hasta que se les acaba el aire y se separan un poco, sonrojados a más no poder, sin mover sus brazos de su posición.
Lance mira a su sirviente a los ojos, acariciando su mejilla suavemente y depositando un tierno beso en sus labios. Pensando en que éste sería solo el inicio de ellos dos.
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Klance One-shots
FanfictionCada capítulo será una historia distinta del ship Klance (Keith x Lance) de Voltron. Espero les guste, si les interesa también intento agregar historias de otros fandoms en mi cuenta 👌🏻✨ ¡Disfruten!