Primer Beso

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Lance ahora se encontraba en una situación que nunca antes había experimentado.

[Flashback]

Había estado jugando en el parque normalmente, junto con un niño que veía todos los días. Al parecer su madre también lo llevaba para que juegue a la misma hora, y ya se habían vuelto amigos.

Su nombre era Keith. Ambos tenían ocho años de edad.

Se encontraban en el arenero armando castillos. Éste era el juego favorito de Lance, porque Keith casi siempre lo elegía, y estar con él lo ponía muy feliz. Era un tipo de felicidad que el pequeño niño no había sentido antes.

Sentía que lo quería.

Ambos jugaban felizmente, como siempre, hasta que...

-¡Fuera de aquí, niños! ¡Este juego es mío ahora!-

Era un niño algo más grande que ellos, que entró al arenero intimidándolos y pisoteando el castillo que habían hecho.

Keith lo golpea, triste y molesto, ya que en verdad le gustaban mucho sus castillos de arena. Éste niño, al ser más grande, sin previo aviso agarra al menor y lo empuja, dejándolo caer a un costado.

Su amigo, al ver esta situación, se abalanza sobre el niño abusador, golpeándolo en el estómago y aprovechando su desconcentración para empujarlo, tomar rápidamente a su amigo de la mano y salir ambos huyendo.

[Fin del Flashback]

Ahora estaban escondidos al interior de la la parte de un juego parecido a un domo, con un pequeño orificio, pero lo suficientemente grande como para dejarlos entrar.

No era un era un espacio muy grande, pero al menos ambos cabían.

Se encontraban sentados, uno junto al otro, sintiendo como sus piernas se tocaban, debido al reducido espacio.

Lance entonces notó que Keith estaba abrazando sus piernas y su mirada se veía triste.

-Oye, ¿qué tienes?-

-Yo... tengo miedo...
No quiero que ese niño vuelva a encontrarnos, y que te haga daño.-

Un ligero sonrojo se hace presente en las mejillas de ambos niños.

Lance solo sonríe y toca el hombro de su amigo.

-No tengas miedo. Ese abusivo no podrá hacerte daño mientras yo esté contigo. Y tal vez él sea más grande, pero eso no significa que no pueda con él.- Sonríe victorioso.

Keith ríe un poco por lo bajo, ya que no podían hablar fuerte para que no los encontraran.

El contrario solo pensaba que su risa era hermosa.

Se queda embobado en esta, y sin retirar la mano que tenía en su hombro acerca su rostro al del pelinegro tímidamente.

Éste solo se sonroja más, pero lo mira de vuelta.

Sus miradas se encuentran. Lance sentía mariposas en el estómago. Era una sensación nueva y extrañan para él, aunque ya la había sentido otras veces al estar con Keith, el cual sentía mucha vergüenza al estar tan cerca del chico. Sentía que su rostro ardía, y también su interior estaba lleno de mariposas revoloteando. Pero a diferencia de su amigo, no se atrevía a moverse.

El pelicafé continuó acercándose, a lo que Keith solo permanecía inmóvil, pero no hacía nada que indicara que aquello le molestaba.

Lance había visto que los adultos hacían esto.
Cuando querían mucho a otra persona, unían sus labios como muestra de afecto. Esto era algo que no había comprendido antes, pero por alguna razón quería probarlo con aquel chico.

Cuando ya no podía acercarse más a su rostro, mira al pelinegro completamente sonrojado, y rápidamente se acerca a él, finalmente uniendo los labios de ambos en un beso corto y tierno. El primer beso de los dos.

Estaban sonrojados a más no poder. Keith solo desvió la mirada a sus piernas, pero Lance sonrió. Era una sonrisa que no podía evitar, pues esto lo ponía más feliz que cualquier cosa sus hubiera hecho.

Lance ríe un poco por lo bajo también, llamando la atención del contrario, quién lo mira, y también le sonríe.

Había sido un lindo primer beso ¿No?

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