Capítulo 8

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Hoy es día 21, mi cumpleaños. Al despertarme oigo silencio. Mi hermana no está tumbada en su cama. Gracias a dios, el colegio y los cursos sociales terminaron ayer, viernes. Me levanto de la cama, sintiendo un escalofrio. La habitación está ordenada. Es raro, teniendo en cuenta que lo dejé todo tirado para recogerlo hoy. Supongo que mi madre lo habrá recogido mientrs dormía. Me acerco al pequeño espejito que hay en la pared. Mis ojos azules están rojos de frotármelos y el pelo lo tengo enmarañado en un moño mal echo. Abro la puerta y estirándome salgo a la salita. Entonces me doy un susto de muerte.

-¡¡¡SORPRESA!!!- gritan todos al unísono.

Aparecen saltando detra de los muebles y las puertas mi familia, Aby, Camden y su madre Katherine. Todos rien y me echan una foto con la vieja cámara que tenían mis padres. Todos rien, seguramente por mi aspecto: parezco un monstruo.

-Oh, ehm... Gracias, pero... ¿no se os ha ocurrido sorprenderme cuando esté vestida?- pregunto irritada.

-Oh, Lauren, venga ya, pero si asi estas super sexi.- me dice Camden y le echo una mirada fulminante.

-Bueno, pues me vais a dejar que me cambie y ahora vengo.- contesto girándome y metiéndome en mi cuarto. 

Creo que nunca lo he llegado a explicar bien. Aqui abajo si hay tiendas de ropa, no muchas, pero algunas. La ropa que hay, mucha se las trajeron los comerciantes cuando entramos aqui  y otra las traen los soldados cuando salen a las misiones. Muchas veces salen al exterior para cojer suministros. Aqui la forma de pago es con krugles. Estos son como monedas, que tienen un símbolo grabado. Son dos triángulos que se atraviesan y de una forma u otra se ha convertido en el símbolo de los refugiados. Hay gente que hacen trueques, cambiando cosas que ya no quieren por otras. Es el caso de como Aby consiguió los calzoncillos para Camden. Cuando vinimos, se repartieron krugles para todo el mundo, una cantidad para que pudieramos comprarnos lo necesario.

Cuando no tenemos que ir a el colegio, los cursos o el trabajo se nos está permitido llevar la ropa que queramos. Me pongo un jersey gris con un poco de brillante y unos vaqueros ceñidos con una botas con un poco de tacón. Me recojo el pelo en una trenza mal echa. Salgo de la habitación.

-Ahora si.- digo sonriente.

-Jo, Sandford, antes estabas mucho más cañon.- dice desilusionado Camden.

-Anda, cállate ya.- conesto riendo.

Me acerco sonriente a mis padres y mi hermana y comienzo a dar abrazos recibiendo las felicitaciones. Me acerco a Aby para abrazarla.

-Vaya, ya no podré decirte pequeñaja, porque ya tenemos los mismos años...- dice desilusionada haciendome reir.

Abrazo a Camden y después a Katherine. Intento parecer contenta, a pesar de que no queria cumplir los 19, no es el mejor dia de mi vida que digamos.

-Bueno, esto... Muchas gracias por la sorpresa chicos.- les digo al notar que esperan unas palabras- Gracias, ahora... Pues... Vamos a desayunar como todos los días... ¿no?

 -Oh, no, no, no, no cielo. Antes queremos darte unas cuantas cosas...- dice mi padre sonriente.

Mi hermana asiente. Parece que todos ellos están más animados que yo.

-Oh, ¿por qué tenéis que darme cosas? Siempre digo que no quiero nada...

-Ya, pero...- comienza Lily- Te habrás dado cuenta ya que no te hacemos mucho caso.

Sonrio. Mi madre se acerca, tendiéndome dos paquetes un poco mal envueltos. Cojo el más grande, que es plano y rectangular. Lo abro con cuidado y me emociono al ver su interior... Es un cuadro pintado. En el dibujo aparecemos los cuatro; mis padres, Lily y yo. En él yo tengo unos... ocho años, y mi hermana uno. Mi padre la tiene cogida en brazos y yo estoy sonriente sobre los hombros de mi padre. Mi madre se encuentra a su lado abrazándolo, se nos ve muy dificil. A mi madre le gustaba mucho el dibujo antes de la guerra, por lo que supongo que lo dibujó ella. Me encuentro atónita y por fin consigo levantar la cabeza. Mi madre espera una respuesta mirándome con media sonrisa.

-Me... me... Me encanta.- digo por fin en un susurro y salto a abrazarla.

-Cariño, lo pinté antes de venir aquí abajo. Tu padre y yo hemos estado esperando a que cumplieses los diecinueve para regalártelo. 

-Es... es... Precioso, de verdad, gracias.- vuelvo a abrazarla y seguidamente a mi padre.

Nunca he entendido por qué dejó la pintura, lo hacía genial. Supongo que estar bajo tierra no le da demasiada inspiración, lo cual es normal. Mi hermana se acerca a mi sonriente.

-Toma Lauren- me tiende un pequeño paquetito-, lo he echo yo misma en un pequeño cursito de joyeria que hice. Espero que te guste.

Le devuelvo la sonrisa y cojo el pequeño paquetito. Al abrirlo veo una pulsera muy bonita. Está formada por pequeñas perlitas plateadas, que brillan y en el centro se encuentra lo más bonito de la pieza; el símbolo del complejo, el que llevan los krugles. Este es también plateado y brilla. Es preciosa, nada infantil, no como pensaba que sería al estar echa por mi hermana. Me doy cuenta de que ha crecido, que no es una niña pequeña y asustada, que es fuerte y que sabe lo que quiere.

-Quería que la tuvieses, para que siempre recuerdes que seguimos aqui, sobreviviendo a esta guerra, y también que siempre me lleves conmigo pase lo que pase.

Me la pongo y le doy un fuerte abrazo, intentando reprimir las ganas de llorar.

-Gracias Lily, me encanta, es preciosa. Me la pondré siempre.

Aby me regala unos tacones, diciendome que los puedo usar esta navidad. Basicamente solo he usado tacones una o dos veces, en las celebraciones como navidad y año nuevo, y de echo no me gustan los tacones. Lo unico que me gusta es que me siento mas alta con ellos, pero realmente sirven para dar dolor de pies. Aunque igualmente se lo agradezco mucho, ya que son muy bonitos y me vienen bien. Katherine me regala un jersey. Me gusta, a pesar de ser los típicos que regalan las abuelas, pero me da igual, al menos es cómodo y calentito. Por último Camden me regala un colgante muy bonito. Es plateado, al igual que la pulsera, y de él cuelga una especie de diamante (obviamente falso, pero es bonito). 

-Ven, te lo pongo.- me dice sonriente.

Asiento y me doy la vuelta. Él aparta delicadamente mi trenza hacia un lado, haciendome estremecerme. Coloca el colgante en mi cuello y lo abrocha con cuidado. Me doy la vuelta lentamente y le miro sonriendo.

-Gracias.- le digo.

Camden me toma el pelo y lo vuelve a colocar hacia atras como antes.

-Ahora esta mejor.- dice mirándome a los ojos, sin dejar de sonreir.

Nos quedamos mirando tontamente, hasta que me percato y cambio de tema.

-Bueno.- choco mis palmas- Muchas gracias a todos.

Camden mueve la cabeza como despertando de un sueño y mira hacia abajo como si tuviese vergüenza.

-Bueno, Lauren.- dice volviendo a sonreir- Te hemos traido una cosita más.

Los miro extrañada cuando Camden saca una pequeña tarta envuelta en fondant azul.

-¿De dónde la has sacado?- pregunto riendo.

-Pues... la he tomado "prestada" de la cocina.

Su madre le golpea en el brazo y todos nos reimos.

Yo soplo las velas en la tarta (que realmente son cerillas, porque no tenemos velas) y nos la comemos. Recojemos y, como ya no tenemos hambre nos quedamos charlando mucho tiempo en la salita, hasta que se hace tarde y Camden, Katherine y Aby se van. Luego por la noche cenamos todos juntos y en fin. Ahí se termina mi gran día de cumpleaños. Ha sido genial, y no lo hubiese cambiado por nada.

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Hola!!

Bueno, pues aqui está el nuevo capítulo. El siguiente va de navidad, quería haberlo subido en navidad, pero no tuve tiempo, asi que bueno... Que vamos a hacer xD Espero que os guste :3Este capítulo se lo dedico a @abubi01, porque es una gran lectora y gran amiga, y porque es la que más comenta y te lo agradezco, me gusta que comentéis para saber si os gusta :)

Votad y comentad!!Besos!!!<3

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