-Buenas Tardes ¿Que desean?-
-¿Lucy?- escuché levemente la voz de Adam
-Oh, Claro: Una taza de té y un trozo de esa tarta tan deliciosa de frutilla que luce en la vitrina-
-¿Y tú, Adam?- le pregunto la mesera
-Ya sabes Maite... Lo de siempre- y le guiña coquetamente un ojo
-Ok... - se sonrojó involuntariamente -Este... Con permiso-
-¿Ya la conocías?-
- Es que frecuento mucho este local-
-¡Babosa pervertida! - alguien me susurró en el oído derecho
"No puede ser... ¿Chris?" pensé mientras miraba a todos lados, frenética
-Te noto un tanto distraída ¿Sucede algo?-
- ¿No viste como miraba de reojo, el trasero a la mesera?- agregó, a mi derecha
-¡Que te calles! -susurré como respuesta - ¿Decías Adam? Este yo..
Estaba... Estaba pensando en... ¿El... Endul...zante?-
-¿Endulzante?- arquea una ceja, extrañado
-¿¡¿En serio, fue lo mejor que se ocurrió?!?-
-Si, escuchaste bien: Es que... Olvidé comprar endulzante en el supermercado, así que... Cuando vuelva a casa iré a por él... Sin falta-
-Muy bien...- afirma extrañado
-Debes admitirlo: Eres un asco mintiendo... ¿Te parezco un endulzante? ¡No jodas! Solo un imbécil se creerí...-
-...Te creo.-
- Definitivamente tienes un pésimo criterio al escoger pareja...- concluyó, fastidiado
-No molestes...- le maldeci por lo bajo-Hummm... Adam... Necesito ir al tocador... Yo...-
-No te preocupes, aquí te espero... No te pierdas en el camino, primor...-
Me incorporé de un salto y me dirigí rápidamente hacia el cuarto de baño.De un portazo cerré la puerta de entrada y me lo pillé fumando distraídamente un cigarrillo...
-Esperaba un "Hola" o algo por el estilo...- se acomodó la pañoleta y la colocó nuevamente en su lugar
-¿Chris?-
-¿Quién más puedo ser?- abrió un grifo y apagó el cigarrillo, antes de lanzarlo a un pequeño papelero
-Yo...-
- ¿Que tal, Lu?-
-¿Volviste?-
-¿De dónde "volví", si siempre he estado aquí?-
- ¿Cómo? Pero en la carta...-
-Esa carta no la escribí yo... Fue Beatrice...- declaró con frialdad
-¿Qué?-
-Jamás me despedí de ti... Solo desaparecí de tu vida, así como así... Ella trató de suavizar la situación, escribiendo por mí una carta de despedida...-
-¿Y por qué no hiciste nada al respecto?-
-Las cosas estaban mejor sin mí...- gruñó como respuesta
-Mientes- se me hizo un nudo en la garganta -Ni te imaginas cuanto lloré al leer esa carta...-
-No necesito imaginarlo... Te ví ese día...- suspiro resignado