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Bostezando Lan Xi Chen se despertó, por lo general el mundo de los Dominios y el mundo Humanos no eran para nada iguales.

Miro hacia el balcón observado el cielo, que se sentirá levantarse con un sol resplandeciente. Hace tiempo o mejor años no experimentaba nada de eso, esa sensación.

Convirtiendo sus manos en puños  hizo que cada cosa a su alrededor se rompiera. Espejos, vasos, sillas y demás. Porque tuvo que pasarle esto a él.

Cada recuerdo es como un puñal en su pecho, esto no tenía sentido. De que servía ser un demonio bueno sin la desgracia venía a ti de cualquier parte.

En su vida pasada había amado tanto a Jiang Cheng que nada en el mundo podía servir para expresar lo que sentía. Tanto tuvo que esperar, tanto ahora que lo tenía cerca la distancia era muy larga pero jamás se dio por vencido perseverar sin descanso hasta el final. No importaba hasta donde tuviera que llegar esta vez haría cualquier cosa por siempre conservar a las personas que ama.

Deslizando su pelo hacia atrás sus pies tocaron el piso frío de la habitación, hoy tenía que ver a su "hija". Sonriendo la imagen de ella aprecio en el espejo, inclinando su brazo tocó aquel espejo frío y lizo, con tristeza y melancolía moviendo su cabeza buscado al fuera de lo normal.

¿Porque tampoco pude protegerte a ti también?

—Siempre quise escuchar tu voz pero aunque, diga lo que diga, jamás podré cambiar hacia ti. Aún pienso que no soy suficiente, tengo miedo de aquella ambos sean sólo una ilusión.-volviendo a romper lo que quedaba del espejo desapareció de la habitación.

—¿Qué desea señor? - la mujer del mostrador sonreía mientras observaba al apuesto hombre que tenía en frente.

Este le dedicó una mirada con una sincera sonrisa haciendo sonrojar a la chica,  la que trago un poco apenada de si.

—Me gustaría un pastel de limón y...- asiendo una mueca con la boca pensativo sonrió de nuevo y dijo.- .....creo que esto es suficiente.

Suspirando nerviosa la chica asiento y tomó el pedido.

Unas horas más tarde estaba parado frente por frente a la puerta.

Extendió la mano y con su dedo índice toco el timbre de la puerta.

Adentro se escucha algunas voces pero la más energética era la de Zhao Yao, sonriendo ante aquello la puerta se abrió dejando ver a un Jiang Cheng con el pelo suelto y unos espejuelos puestos. Inclinando la cabeza se lado su vista baja a la niña que se escondía detrás de las piernas del menor donde una mirada de brillo ante lo que veía en la mano de Lan Xi Chen.

—Buenas tardes ¿interrumpo?-con una leve sonrisa pregunta.

—¿Respondo a esa pregunta? Yo creo que ya sabes la respuesta.-mirando a su hija acariciaa cabeza para luego volver a mirar al mayor.- ¿Qué tienes hay?

Curioso su mirada se desliza por las manos del mayor.

—Oh esto...-los extiende hacia adelante dándoselos al contrario.- Nada especial. Sólo una caja llena de Tánghúlu, no fue fácil conseguirla pero todo por Zhao Yao.

La más vajita soltó un grito de emoción ante lo que había oído.

—Eh..gracias y...¿qué es lo otro?

—Pastel de limón tu favorito.

—Perdón.-sorprendido mira al trigueño con el señor fruncido.

No recuerda haberle dicho que le gustaba el pastel de limón o algo parecido. Trago saliva confundido y miro a su hija.- Ah, puedes entrar.

Dándose la vuelta le da la espalda al mayor caminando dentro, este lo siguió y se acomodo.

Una vez que llevo todo a la cocina camino a la sala y se sentó en el sofá, colocó sus gafas hacia atrás le dirigió la mirada a Lan Xi Chen.

—No preguntaré como, ni porque, sólo no lo hagas otra vez, ¿de acuerdo?

—Eso no lo puedo prometer.-sonriendo forzado el menor llevo su mano al puente de su nariz.

Zhao Yao regresó a la sala ya lista acercándose a su padre para que le diera una mirada para ver si estaba todo bien. Depósito un beso en su cabeza y la miro fijamente diciéndole algunas cosas.

—Se porta bien señorita, ¿de acuerdo?-advierte dándole una mirada primero al mayor y luego a ella.

Despidiéndose de su hija, cerró la puerta. Pego su espalda a la puerta soltando un suspiro. Cerro los ojos y se dejó caer en el sofá de la sala.

—Estoy tan cansado.-dijo para no tardar en quedar dormido hay mismo.

Mientras tanto Lan Xi Chen y Zhao Yao ya habían salido de la casa hace un rato.

Una niña en sus brazos tranquila miraba a las personas pasar mientras pensaba a donde llevarla primero pero no espero que ella misma marcará el destino.

—Papá Xi Chen podemos ir a la librería para niños y luego a la biblioteca del centró.

—Si, pero ¿para qué necesitas ir a una biblioteca?

—Bueno a papá le gusta leer muchos libros, además como él es escritor quiero ayudarlo a que consiga ideas para su segundo libró. Sólo tengo 5 en unas semanas cumpliré 6 y es mi regalo para mi papá.

Sorprendido el trigueño sonrió dándole un besó en la frente, aunque ambos se sorprendieron por la acción que sucedió la niña comenzó a reír de alegría.

—Eso es muy bonito de tu parte, pero no hay necesidad de ir a una biblioteca. Conozco a alguien quién nos puede ayudar prestandonos algunas libros.

—De verdad papá Xi Chen....-dijo alegre pero algo hizo que se tapara la boca.- Yo...no....

—Descuida me hace feliz que me llames papá y que me consideres así. Además estoy feliz de tener una niña como tú tan inteligente.

—Oh....entonces papá Xi Chen, antes, ¿podemos ir por helados?

—Claro, lo que usted diga señorita.

Ambos sonrieron alegres, y sin perder tiempo se dirigieron a la heladería para después ir a los demás lugares.

Lan Xi Chen estaba feliz por dentro, siempre habia soñado con un momento así, pero se lo habían arrebato, esta vez arría hasta lo imposible para que ese demonio no separara a su familia.

Aunque quién iba a pensar que ya alguien lo estaba observando desde muy lejos.






















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🌌Dusk Till Dawn🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora