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Miradas
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Todos y cada uno de los presentes en aquella fiesta hablaban muy armoniosamente, riendo y brindando. Claro estaban impacientes por conocer a la nueva pareja del próximo Rey Demonio de Invierno.

Lan Xi Chen era mi codiciado en su mundo por muchas mujeres y hombres, por lo general no importaba si fueran de un género u otro sólo con tener aquél privilegio de estar con él y ser una persona poderosa era el sueño que todos querían vivir.

Obvio cuando hablamos de mujeres y hombres hablamos de todas las edades de todas las formas, o sea, fantasmas, demonios, serpientes etc. Pero así todos fueran como fueran ninguno sería elegido ya que el querido Rey ya tenía a su pareja. Así hoy en aquella fiesta estaban demasiado integrados con conocer a la persona que tuvo tanta suerte, que para decir la verdad era mejor que ganarse la lotería.

Las puertas fueron abiertas haciendo que la música cesara y el silencio invadiera aquél inmenso salón haciendo su auto presencia dos personas paradas en el barandal de las escaleras. Uno estaba vestido de negro con pequeños adornos azules mientras que el otro estaba vestido de blanco.

Aunque uno mostrará en su rostro una mirada tranquila, serena y pacífica llena de autoridad y poder era normal pero el la otro no, para nada.

Jiang Cheng llevaba una mirada que no sabía ni como se podía interpretar, este llevaba nervios, molestia, indiferencia a penas se podía decir si una persona podría reflejar todo aquello.

Gracias a Dios todos los presentes a simple vista no se podía ver, la separación era efectiva entre aquellas personas.

Soltando un suspiro observó a Lan Xi Chen que lo miraba con una sonrisa.

—Bajamos, olvida a las personas o lo que digan.

—¿Esta bien?

Tomando de la mano a Jiang Cheng ambos comenzaron a bajar, lo murmullos y susurros no sin hicieron esperar por todas esas personas.

—No los escuches.

—Fuera de eso, ¿sólo una pregunta?

—Claro. Siempre me gusta responderlas.

—Eh si...-obviando esa respuesta hablo- De casualidad ¿tenemos que bailar?, para mi no hay problema, nada que ver pero...ah siento que todas esas miradas esperan a que tropiece y me coma la hermosa losa. ¿Estoy equivocado?

—Aunque así fuera, no te dejaré caer, sabes porque...-aún con la vista al frente el mayor se acercó al oído de contrario susurrándole- seré la mano en que te sostenga a partir de ahora.

Un leve sonrojo adorno sus mejillas, inhaló trágicamente abrumando de gratitud. En serio Lan Xi Chen si le gusta hacer ese tipo de cosas.

Se abstiene a decir algo más y sólo sonríe forzosamente a todos los presentes en la salón.

Horas después de haber bailado y tener las penetrantes vista de todos aquellos seres no vivos y de casi caerse que si no fuera porque venía una vuelta y el contrario lo sostuvo podía estar más que seguro que cada una de esas persona si es que se podían llamar así iban a saber quién era él. Entonces si conocerían como era comer cada una de aquellas losas.

Estaba en una esquina parado esperando a Lan Xi Chen ya que este quería presentarle a su padre, pero al tener todos esos pares de ojos sobre el se dirigió a un banco y espero pacientemente al trigueño.

Rezaba para que todo esto saliera bien, mentir no era bueno. Si tenía que volver a ver a esas cosas y volverle a mentir sería un grandísimo pecador. Por suerte el padre de Lan Xi Chen lo sabía, suspiro con alivio.

—Buenas noches.

Girándose despacio, su corazón hizo un pequeño revuelo por unos segundos. ¿Porque esa voz se le hacía conocida?

Aquéllos ardientes ojos rojos un resplandor siniestro brillo en esos ojos lo miraban con una sonrisa que frunciendo el ceño por un segundo el mismo no pudo describir. No podía negarse que no era feo era guapo ambos tanto el como Lan Xi Chen tenían ese brillo que los hacia ver especiales y únicos en su especie.

Ahora que lo recordaba Lan Xi Chen le había presentado algunos Reyes Demonios y pensó que esos eran los únicos aunque algo en si lo hizo dudar, ahora tenía parado al que faltaba. Para aclarar sus dudas pudo oír algunos mencionarlo pero la cara de Lan Xi Chen no era tan contenta que digamos

—Usted debe ser el Rey Demonio de la oscuridad ¿verdad?

—Prefiero que me llamen Liu Qing Ge.¿Y usted es de la persona que todas hablan?

—¿Depende de lo que hablen?-sin restarle importancia respondió dijo.

Sonriendo con gracia hizo un gesto con la cabeza y volví a observar a Jiang Cheng:—Seria descortés de mi parte si hago una pequeña petición ¿señor Jiang?

El mencionado que ni dejaba de mirar a aquel demonio que por nombre era Liu Qing Ge asiento con intriga.

—Puede hacerla.

—Me gustaría que fuera a mi casa, quiero hablar con usted de algo interesante.

—Esta bien.-aceptando sin ninguna duda.

—¿Que haces aquí?- la voz de una persona extra se escuchó.

Uno sonrió mientras que el otro observó intrigado.

—Lan Xi Chen, veo que no te gusta que este cerca verdad. Descuida no haré nada por ahora.-dijo para luego desaparecer dejando solo a las otras dos presentes.

—No debiste aceptar su presencia.- con molestia escupe hacia el menor.

—¿Y desde cuando te debo una explicación?, es más ¿desde cuando debe pedir permiso?- acercándose a Lan Xi Chen lo miro con reproche.

—Desde este momento.

Sin dejar objetar a Jiang Cheng para que pudiera decir algo lo acerca a sus brazos apresándolos en ellos. Uniendo sus labios, sin pedir permiso. Estaba por quitarse con demasiado fuerza de voluntad de encima de Lan Xi Chen pero este sujeto de su cintura besando desenfrenadamente.

No tuvo más acción que cederle es paso al contrario, a pasos torpes su espalda chocó un el barandal del balcón lo que le hizo soltar un pequeño quejido de dolor a lo que no se dio cuanta que le había dado pasó a que el mayor profundizará más aquel beso introduciendo su lengua en su cavidad bucal.

























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🌌Dusk Till Dawn🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora