🌄 Solo un día 🌄

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🔞 Atención habrá+18 así que cuidado con sus familiares 🔞

México

Rusia me llevó a casa, hablamos un rato como gente civilizada aun que el no participaba mucho. Al final admitió que estaba celoso de su propio hermano... Nos quedamos en el auto un buen rato hasta que el me dió una propuesta.

- Me gustaría... Pasar tiempo contigo salir como solíamos hacerlo antes, solo dame un día México solo un día y, si no te gusta... Te dejaré en paz - accedí a tener una salida con el. Y hoy era ese día.

Me vestí casual, me mire al espejo por última vez traía una camisa gris holgada, unos jeans, mis tenis negros y mi paleacate. Un toque sonó en la puerta así que le fuí a abrir a Rusia, este venía vestido con unos jeans, botas, camiseta holgada blanca, una enorme chamarra y su ushanka.

- Buenos días México - me saludo a la vez que ponía en frente de él una pequeña caja.

- Buenos días Rusia, gracias por el obsequio - tomé la caja y por alguna extraña razón se me hacía conocida. No le hice caso. - Así que... A donde vamos?- le pregunté saliendo del departamento cerrándolo con llave.

- Será una sorpresa - me sonrió dejando ver sus dientes blancos. Me tomó de la muñeca arrastrándome hasta la salida donde esperaba su auto. Nos metimos a el y Rusia conducía por la calles repletas de coches.

Se estacionó en un pequeño parque donde había niños, madres, adolescentes y algunas parejas.

- Caminemos un rato - dijo para después salir del coche, me abrió la puerta y me ayudó a salir. Sentí como su mano se aferraba con fuerza con la mía a la vez que sentía una pequeña corriente.

Entrelasámos nuestras manos y paseamos por el parque hablando de cosas sin relevancia, la pequeña incomodidad se había ido... Es como si nada de lo que está pasando haya pasado. Me sentía bien.

Fuimos a un restaurante de la zona, entramos y todo parecía rústico algo que me llenó de calma. Nos sentamos en una pequeña mesa que estaba cerca de una fuente. Pedimos algo pequeño solo para almorzar y seguimos con la plática, nos reíamos de nuestras experiencias pasadas. Al salir Rusia compró helados, el mío era de chocolate y el de el era de vainilla.

Nos sentamos en una banca a comer nuestros helados, no parabamos de hablar y de vernos a los ojos.

- No creí que aceptaras mi invitación - dijo observando me lamer el helado.

- Ni yo, pero lo hice - contesté en un murmullo.

- Te he extrañado - sentí como acariciaba mi cabello, suspiré cerrando los ojos. El me llenaba de calma y hacía que todos desaparecieran por un momento. Abrí los ojos al sentir su respiración pegado a mi cuello haciendo que me sobresaliera, sentí mi piel erizar se cuando su nariz rozó con mi mejilla. Dejo un pequeño beso fué rápido pero me gustó.

- Basta Rusia - le imploré mientras me paraba de mi asiento y me quedé viéndolo. - Solo... Sigamos con esto - le dí la espalda para empezar a caminar.

No tocamos el tema sobre nuestra relación o de cosas que tenga que ver con el amor. La pasamos comiendo y disfrutando del día hasta que en la tarde noche fuimos a un pequeño mirador, sentía la mirada de Rusia en mí pero no me molestaba así que lo deje verme por un rato.

El aire gélido toco mi rostro haciendo que un escalofrío se apoderada de mi cuerpo, sentí un gran peso en mis hombros. Tenía encima la enorme chamarra de Rusia, rápidamente el calor inundó mi cuerpo y no dude en pegar más la chamarra a mi cuerpo. Miré a Rusia que se mantenía sereno con las manos guardadas en los bolsillos, una pequeña sonrisa se formó en mi rostro y sentí como me sonrojaba.

Polos Opuestos Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora