LA HORA

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Las manecillas del reloj
giran sin prisa alguna,
mientras escribo en mi blog
y dejo que esto me consuma.

La sangre cae por mi muñeca
mientras suspiro por el dolor
que causa mi alma que se seca
hoy consumida por éste amor.

Me duele el alma tan cansada,
por la tristeza que cargo yo,
de alegrías hoy me vi privada
con colores que nadie halló.

Triste y marchita voy rimando
todos los versos del corazón.
Con la mirada voy abandonando
cualquier excusa de la razón.

VERSOS PARA UN ENTE QUE NO EXISTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora