2020

13 6 0
                                    

Llegaste como el rocío
que aligera el calor del verano,
siempre suave, siempre mío
dejaste bendiciones en mi mano.

No, nunca antes había sentido
tal angustia al escribir
sobre algo que más que vivido
fue un miedo al que sobrevivir.

Fuiste un año tormentoso,
lleno de miedo y mortandad,
cargado de forzado reposo
y un gran ladrón de felicidad.

Te llevaste a tantas almas
que vida daban a la humanidad.
Bruscos cambios tus andadas
desandadas por la sociedad.

Tú sembraste en cada tierra
una semilla de gran soledad,
una fruta que me aterra
como la gran falta de caridad .

En silencio destrozaste
hogares enteros sin piedad
cuando los pilares tomaste
y al mar diste la tempestad.

Más aún con tus horrores
no paro yo de agradecer
que llegaran tus temores
para hacerme florecer.

Porque en medio de tus penas
a mi vida supiste obsequiar
amistades de almas buenas
y de familia un hogar.

Una fuente siempre viva
donde mis lágrimas lavar,
donde reina cada día
lo bello de poder amar.

Y aunque a muchos te llevaste
con bondad supiste regresar
nuevas vidas a mi estanque
y nuevas almas que cuidar.

Mis amores les dejo éste poema que le da fin a un viaje de sentimientos etéreos. Agradezco a todos los que me apoyaron continuamente y a los que sin decir una palabra estuvieron ahí. Fue grato poder compartir éste pedazo de mi alma con ustedes y aunque dije que era el fin les tengo una continuación que tendrá por nombre "VERSOS PARA UN ENTE EN MI MEMORIA ". Espero les guste tanto como éste.

Los quiere: Su chica.

VERSOS PARA UN ENTE QUE NO EXISTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora