Sofía no necesita de nadie, solo tener el control, no requiere de amor. Su pasado es suficiente ¿que pasara cuando la sombras que tanto ha intentado ocultar vuelven a resurgir del fondo del océano y se mezclen con conflictos de cualquier adolescente...
Podía comprender perfectamente esa expresión de miedo en Sofía, el mar era intimidante, podía robarte una vida en cuestión de segundos si le mostrabas tus miedos, tus debilidades, tu fragilidad...
Varios golpes me enseñaron que no se trataba de controlar los cambios en el agua ni apropiarme de ellos sino de ser resiliente a estos para poder avanzar y llegar a mi meta. Aunque llegue a temerle, hasta odiarlo, comencé a respetarlo una vez conecte con él en cada brazada.
El entrenador Suarez me había seleccionado por lo mismo. Porque logré hacerme un lugar en el nado de aguas abiertas, sabía las contradicciones que la corriente podía tener y cuan temperamental podía ser, el mar no es una persona, pero de que está vivo y reacciona a lo hagas, lo hace.
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—No le tengas miedo, solo respeto— sentía la necesidad de darle un abrazo para ayudarla con la tensión, pero apenas teníamos horas de saber que el otro existía y se podía malinterpretar—relájate y fluye—le hice una pequeña señal a Victor para que le diera un tip más técnico que el mío.
Victor y Sebastian le dieron fuerza a su manera, pero el entrenador se dio cuenta de nuestra distracción y nos llevó de nuevo a su explicación de la prueba, estaba nervioso, mis ojos se centraron en el agua y para confirmar lo que temía se notaban unos rompientes fuertes.
Esa prueba seria ruda...
Apenas note cuando sonó el silbato y la vi correr hacia el agua, mi atención se centró por completo en cada uno de sus movimientos, tomó impulso y comenzó a nadar cerca de la orilla, justo en la zona de rompimiento de las olas, trató de pasar por encima de una.
Grandísimo error... esa chica no había tocado el mar antes.
El mar parecía estar lanzando todas sus armas ocultas y Sofía solo hacia un intento de resistencia, todo sucedió en una cuestión de segundos y nadie había tenido chance de siquiera reaccionar, sin pensarlo entré en desesperación por sacarla de ahí, la adrenalina se apodero de mí, corrí como nunca y nade lo más rápido que pude hasta ella, la encontré inconsciente siendo guiada por la corriente.
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