Cambio de rumbo

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La natación no es un deporte fácil, requiere de una inmensa disciplina, un continuo pulir de la técnica, entrenar el cuerpo dentro y fuera del agua, todo se resume a tomar el control tanto de ti como de todo lo que te rodea.
Es por eso que elegí este deporte como estilo de vida, porque mientras que todo en mí día a día sucedía sin darme elección, apenas llegaba el momento de entrar al agua el poder de manejar y olvidar absolutamente todo estaba en mí.

Pero de un momento a otro perdí el control...

Estaba en la cima de mi carrera como nadadora, sola lejos de cualquier pérdida, cuando a mi entrenador se le ocurrió la brillante idea de armar un equipo de natación fuera de la ciudad, lejos de todo lo que alguna vez había conocido y protegido.

─Entrenador ¡¿por qué necesita irse a la costa si aquí ya tiene a su campeona?! ¡¿Para qué más gente?! ─dije levantándome de mi asiento con ganas de golpear a alguien.

─Sofi, quiero un equipo más completo y conseguí un grupo de chicos que son un diamante en bruto- dijo el entrenador Suarez mirándome con un brillo de emoción en sus ojos- probaremos una especialidad de la natación que nunca experimentamos antes ¡¡nado en aguas abiertas!!─ casi veo los fuegos artificiales detrás de él al decir lo peor que pudo haber inventado ¿ahora qué sería de mi vida?

Mudarse implicaba muchos cambios, salir de lo que conocía y podía manejar, pero...ya va

─ ¿por qué tengo que ir yo? ─dije sonando como niña malcriada esperando poder escapar de ese invento sin sentido.

─ tienes que ir conmigo porque tú los ayudaras con las técnicas y ellos te enseñaran sobre el nado en aguas abiertas, los amaras, te lo aseguro─ dijo sonriéndose convincentemente.

─me estas mandando a vivir en lo desconocido, sabes que odio conocer gente─ dije mirándolo con todo el odio que podía, esta situación de lanzarme a la nada me incomoda demasiado.

­­­­­­­­­­─SOFIIIII...sabes que sin ti no puedo armar este equipo, te necesito- dijo haciendo una rara imitación del gato con botas─ además, soy tu entrenador favorito, si me voy vas a sufrir más que viniendo conmigo─ odiaba que me conociera tanto, el sabía que me tenía en sus manos.

─ Acepto, pero debo ver que piensan mis papas─ dije con pesadez tratando de usar mi último recurso.

─tus papas ya aceptaron hace días─ demonios!!! Ya me vendieron.

─arma tus maletas, salimos el sábado─ dijo con una sonrisa de satisfacción que cambio bruscamente a una llena de mucha diversión, no me a gustar lo que está por decir─ vivirás en una residencia con el resto del equipo, tus papas dijeron que era hora de aprender a socializar.

Prefería morir sola a sumar cosas y personas de las que despedirme para luego perderlas...esto que venía me robaría la poca tranquilidad que tenía.

A MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora