Caos en carne y hueso

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El entrenador me obligó a sentarme en la mesa con el resto del equipo a almorzar, la escena era bastante extraña no porque todos parecían sacados de una película sino que el caos reinaba alrededor de nosotros; maletas ocupando cada rincón de la sala y el comedor, paquetes vacíos de chucherías en todas partes menos en la basura y para colmo de desgracias comían como animales.

Era la única persona vestida decentemente en la mesa, todos se habían quitado la camisa y los zapatos, incluyendo a mi querido entrenador que parecía más alegre de lo normal.

─ veo que les ha encantado la comida que les prepare, ahora solo falta que prueben mi torta de triple chocolate, es solo un detalle de bienvenida al equipo─ dijo con una enorme sonrisa─ luego de que reposen la comida les tengo una prueba para medir su nivel y así poder armar mi plan de entrenamiento para los próximos seis meses─ me hizo un pequeño guiño y se fue hacia su habitación dejándome con ese trío.

De la nada todos nos quedamos observando la pequeña torta en la mesa, viendo las delicadas capas de chocolate fundido, ¡¿Por qué había que compartirla?!

─ ¿Qué Prefieren, compartirla o hacerlo interesante? ─ dijo el chico rubio de ojos azules en forma de reto sonriendo maliciosamente.

─escupe de una vez fliper─ dijo con los ojos brillantes de diversión el moreno de tatuajes.

─no lo sé rick, me parece falso─ escupe el de cabello alborotado y ojos verde con desconfianza.

─ ¡Hey! pero no me hago cargo de los resultados, que conste─ aclaró riéndose el rubio.

─termina de hablar de una vez─ dije con suma impaciencia, tenía un buen tiempo sin probar dulce alguno.

─ ¡no es muda! ─ dijo el moreno de tatuajes al rubio─ estamos avanzando señorita─ sin parar de sonreír, parecía demasiado alegre para mi gusto.

─como sea ─ dije poniendo los ojos en blanco sin ánimo para chistes, la situación era de vida o muerte.

─aja......déjenme buscar algo un minuto y regreso─  dijo el rubio antes de salir del comedor.

No sé porque pero ese minuto parecía una eternidad, nadie hablaba, ni se movían, podría decir que ni respiraban, como si estuviéramos siendo estudiados, sin saber que en realidad era así...

─Bueeeno─ rompiendo el silencio incómodo al llegar de nuevo el rubio ─ ¿por qué tan callados? ¿Me extrañaban?

─claro que si baby─ agrega sonriendo el moreno─ como no extrañar esa carita hermosa papi.

─ okey─ dice el rubio ignorando a su amigo ─ ¡tengo cuatro papeles! ─ comienza hablar como en un comercial─ en los cuales tres tienen una carita triste y solo uno tiene la feliz, al que le toque la feliz se que queda la torta, ¿preparados?

Coloca los papeles en el medio de la mesa.

─en lo que yo termin...─ninguno espero a que hablara el rubio, ya todos habíamos tomado nuestros papeles.

─ ¿Qué me dicen si propongo doble o nada? ─ dije levantando las cejas, en tono de reto, ninguno había abierto su papel aun.

─interesante─ dijo el moreno con diversión─ ¿qué propones?

─los tres perdedores les tocara limpiar todo el desastre que hicieron hoy y el ganador se come solo la torta mientras el resto trabaja─ expliqué con astucia, necesitaba acabar con ese desastre de maletas y basura que ellos hicieron.

─ ¡ACEPTO! ─ chilla de emoción el rubio, con una sonrisa de par en par.

─de acuerdo─ al unísono los otros dos contagiados del ánimo del rubio.

─a la cuenta de ¡YA! saquen sus papeles─ digo mientras pensaba en el fondo, pobres ilusos.

Podía escuchar el sonido de la Rosa de Guadalupe cuando todos abrimos con lentitud los papeles, el chico rubio se empalideció, el moreno casi lloraba y se escuchó al de cabello alborotado maldecir entre dientes.

─ ¿si no lo tengo yo, quién lo tiene? ─ dijo el rubio sorprendido y molesto al mismo tiempo.

Todos volteamos a verlo al mismo tiempo.

─ ¿Que acabas de decir?- alzándose molesto el de cabello alborotado.

─ ¡QUE EL DESGRACIADO NOS VIO LA CARA! ─ dijo el moreno caminando a la par del cabello alborotado hacia el rubio con cara de pocos amigos.

─ ¿Y adivinen quien gano, mocosos? ─ dije señalándome cambiando así la tensión que había hacia el rubio, sintiéndome como Thanos burlándome de sus expresiones e ilusiones─ ¡es hora de limpiar señoritos!

Agarré una cucharilla y acerqué la torta triunfante, clavé la cucharilla y me comí un buen bocado.

─ ¡Dios, así sabe la gloria!- expresé fuertemente.

Todos me miraron fijamente con odio. Al cabo de unos minutos me había terminado la torta y los muchachos discutían de cómo limpiar, cuando de la nada regresó el entrenador animado.

─ ¿me guardaron mí...─dijo el entrenador bajando el tono a medida que revisaba la mesa con la mirada ─ ¿y la torta?

Todos me vieron directamente en silencio y el entrenador leyendo las miradas sumándole a eso el plato vacío en la mesa frente a mí como evidencia.

─ ¡la traición, hermana, la traición!- mientras lloraba saliendo del comedor.

─ ¡la traición, hermana, la traición!- mientras lloraba saliendo del comedor

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holisss!!!! 

Aquí les dejamos el tercer capitulo, esperamos les guste y diganos que les pareció.

Apenas este es el inicio de las locuras y misterios que trae el mar...  

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