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Seguía escuchándose movimiento en la planta baja de la casa, sin embargo Nina no tenía ganas de salir de su cama. El haber enfrentado a Katherine había sido más duro de lo que se había imaginado. Porque bien, quizá fue buen momento para darse algo de valor y salir de aquel juego de manipulación que la vampiresa se traía con su familia, pero por otro lado no era un secreto que en verdad la quería. Y si tenía que admitirlo, bien, la extrañaba.
—Oye.-La voz de Damon la sobresaltó.—¿Qué estás haciendo?.
—Estaba disfrutando de mi paz mental hasta que entraste, ¿Qué necesitas?
Casi se ríe al escuchar bien lo que salió de su boca. Paz era lo que hace mucho tiempo ninguno de ellos tenía. De sus dos hermanos mayores, Nina se parecía más a Damon en muchos aspectos y como era así, algunas veces él entendía situaciones que a veces ella no le explicaba. No es que eso lo hiciera más fácil porque tener una hermana menor siempre era un dolor en el trasero, o al menos eso decía él.
Pero cuando vio aquella noche que su hermanita llegaba con los ojos algo llorosos y mandó al diablo a todo el mundo para encerrarse en su habitación, algo en él se encendió en alerta. No fue difícil atar los cabos una vez que lo pensó dos veces.
—Estaba pensando que podíamos ir a ese lugar donde te gusta ir a ver a todos los animales en el centro comercial.
—Dices que está asqueroso.
—Pero tu no.-Lo miró alzando una ceja.—No estoy diciendo que adoptemos un perro ni nada sólo que si te gusta ir y estar ahí pues...
—Damon.-Nina lo llamó .—Estoy bien, enserio.
Mentira. Y él lo sabía. Damon dio un suspiro mientras se adentraba en la habitación. Lo observó mientras él se acercaba de forma precavida, finalmente se sentó al pie de la cama.
—Suficiente.-Dijo Nina, Damon la miró confundido.-
—¿De qué?
—No vamos a intentar una charla motivacional justo ahora, ¿Oh si? No es nuestro estilo.-Miro abajo mientras jugueteaba con sus dedos.-
—Puedes detenerme en cualquier momento.-Aclaró él, pero siguió antes de que Nina lo interrumpiera.—Pero no antes de que empiece.
