—Harry, ¿Podemos hablar?— murmuró él castaño al pie de la puerta
El rizado ni siquiera levanto la mirada de los papeles que tenía en las manos
—Sí, dime— murmuró con voz plana, ya no había aquel tono emocionado y lleno de ternura que siempre solía usar con el
—hum, siento que no...— Lou se cortó cuando el teléfono de Harry sonó
—si bueno, Harry Styles al habla— murmuró el rizado ignorando la presencia del castaño
—Harry, nece...—
El mayor tapo la bocina del teléfono
—Lou hablamos más tarde, esto es importante— después de eso volvió a la llamada
Louis observo a Harry frente a él, con su ropa de casa ya que se suponía era su día libre y su cabello despeinado, el teléfono parecía eternamente pegado a su mano, ya ni siquiera usaba el teléfono personal
Haciendo las manos en puño se dio la vuelta y salió del estudió, camino por el pasillo y se detuvo en la sala
El candelabro era precioso, habían tardado mucho escogiendo el adecuado, los sillones azules, observo el pasillo que daba a la cocina, casi podía escuchar la música y las risas que alguna vez compartieron ahí.
Meneo la cabeza y camino hasta la puerta, observo en sus manos el anillo de compromiso, Harry le había propuesto matrimonio tres años antes, la boda nunca se realizó, no después de que la constructora creciera tanto y exigiera la mayor parte del tiempo del rizado. Conteniendo las lágrimas dejo el pequeño objeto sobre la mesita del recibidor, tomo sus maletas, contrario a lo que muchos creerían un par de maletas era todo lo que llevaba consigo, nada de lo que Harry alguna vez le había comprado.
El taxi le esperaba y subió, una última mirada al lugar que creyó se convertiría en su hogar, una última lágrima por aquel que creyó sería el amor de su vida.
-*-
Eran pasadas las once de la noche cuando Harry finalmente cerró su laptop, sus músculos dolían por estar sentado la mayor parte del día, tenía un poco de hambre también. Lou no había vuelto a aparecer desde la tarde.
Salió del estudió arrastrando sus pies descalzos por el suelo de mármol, le sorprendió que las luces de toda la casa estuvieran apagadas, Louis nunca había sido un gran fan de la oscuridad.
Degusto un poco de la olla con espagueti en la cocina y decidió subir a ver al castaño, seguramente había ido temprano a la cama, ya no era extraño, Harry podía pasar horas encerrado en el estudio o llegar muy tarde de la empresa, al principio siempre tenía al castaño esperándolo, pero después de un par de veces donde él llegaba demasiado estresado como para soportar lo mimoso que el menor se ponía, había dejado esperar y solo iba a la cama temprano.
Hizo una mueca al no verle en la habitación, probablemente estaba en la de invitados al final del pasillo, como siempre cuando estaba disgustado por algo, no estaba de ánimo para dormir solo y esa fue la única razón por la que decidió ir a por él.
No estaba.
Ni en la del final del pasillo, ni en ninguna otra.
Tomo su celular decidiendo que no tenía ganas de jugar y marco al menor, el rigtone sonó en la habitación principal, la pantalla iluminada con la frase de "llamada entrante"
Louis jamás dejaba su celular, el celular que el rizado le había comprado después de insistirle en el del castaño ya estaba demasiado viejo y debía cambiarlo, Louis jamás boto su viejo teléfono, no donde persistía sus primeras fotos juntos y aquellos viejos chat's llenos de cursilerías.
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¿Existen los finales felices?
Romance¿Existen los finales felices? Louis no estaba seguro, no mientras veía una relación de ocho años desmoronarse a sus pies, no mientras despertaba solo en una cama fría y recalentaba la comida en el microondas. Ya no tenía sentido esperar Quizá era m...