sonríe un poquito

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Harry decidió ese día que no era un cobarde, Louis era su amor platónico desde hacía poco más de un año y medio y ahora que por fin tenía la oportunidad de ser su amigo, no la desaprovecharía, puede que aun estuviese temeroso, pero una parte de él, le decía que Lou si correspondía a sus sentimientos.

Llevaba en su mano el girasol más grande que había conseguido en la florería, un sobre con una pequeña estrofa de una canción que el mismo había compuesto y la firme convicción de que el castaño aceptaría ser su novio

Cuando llego finalmente al lugar que acordaron suspiro ruidosamente, Lou llevaba pantalones cortos y una playera de color lila, comenzó a dejarse el flequillo y Harry absolutamente amaba el toque de inocencia que el look le otorgaba

-Hola Lou-

-Harry- sonrió el castaño y se acercó a besar su mejilla -oh, qué lindo- murmuro a lo que el rizado traía consigo

La mejillas del chico de rizos se calentaron y extendió el girasol y el sobre a el

-Son para ti- mordió un poco su labio

-Que gesto tan dulce- las mejillas del castaño también estaban arreboladas

Pasaron la tarde en compañía del otro tal como habían acordado, fue cuando se despidieron frente a la puerta del castaño que Harry finalmente se armó de valor

-Lou- murmuro su vista en el suelo

- ¿Si? - le vio Lou expectante

-yo... humm - suspiro -Me gustas Lou-

El castaño sonrió y pequeñas arruguitas se formaron a los costados de sus ojos

-Tú también me gustas Hazz-

Harry levanto la mirada un poco sorprendido y sintiéndose muy feliz

-Lou, ¿serias mi novio? -

El castaño asintió pero no respondió, en lugar de eso se acercó a besarlo, Harry se sorprendió un poco pero después de siguió el beso, fue dulce y tierno, su primer beso, el primero de tantos

-*-

Louis llevaba ya un mes de trabajo en BRB la compañía de organización de eventos más importante de la ciudad, su jefa Bleta, o Bebe como le gustaba que la llamaran, era sin dudas una de las personas más amables que conocía. Además de que el trabajo le venía de maravilla, sobre todo por que mantenía su mente ocupada, los momentos de nostalgia seguían presentes, pero era más llevadero.

Hasta ahora había estado a cargo de dos eventos él solo, pequeños evento, pero que solo habían logrado hacerle sentir que efectivamente este era el trabajo de sus sueños, Louis siempre fue un chico extrovertido y pese a que los últimos dos años lo apagaron un poco, estaba recobrando su chispa, la fácil interacción que lograba con las personas solo hacía que Bebe estuviera mucho más feliz con él en la empresa.

-Entonces Lou, cuéntame, ¿qué te trajo a Los Angeles? - pregunto la rubia frente a el

Ambos compartían un café durante el descanso en un ensayo de boda, cabe decir que el estar rodeado de tantos preparativos de boda solo había reabierto una pequeña herida en el castaño, una que decidió era tiempo de dejarla cicatrizar y no solo cubrirla con venditas

-Buscaba darle un nuevo rumbo a mi vida- suspiro el castaño recostándose un poco en la silla

- ¿Londres no era lo suficientemente bueno? - pregunto con curiosidad la chica

¿Existen los finales felices?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora