Pasos chiquitos

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Me llamo Harryel rizado cuyo nombre ahora sabía era Harry se mordió los labios sintiéndose nervioso

Soy Louisse presentó el castaño, aún estaba un poco agitado después de haber perseguido al muchachito de rizos luego de que este le entregara el décimo sexto sobre sin querer presentarse

Yo se eso Rodó los ojos Harry

oh, muy bien, acosadorbromeo el ojiazul

Las mejillas del rizados se calentaron volviéndose rojas por la pena, Louis solo le brindo un golpe amistoso para tranquilizarlo

Entonces Harry ¿quieres ir por un helado?ofreció el castaño, a lo que Harry asintió efusiva mente

-*­­-

—Mamá, deja de dar vueltas por favor— dijo con voz seria Harry detrás de su escritorio

— ¿Cómo es que no eres tú el que está dando vueltas? Louis se fue Harry— reprendió Anne, Dioses, su hijo podía ser tan desconsiderado

—El volverá mamá— rodó los ojos y continúo tecleando en el computador

—Sabes que no lo hará, ¿no te interesa siquiera saber a dónde fue? ¿no te pone mal saber que no te pudiste despedir de el? —reclamo la mujer, bastante indignada por la actitud de su hijo

Harry levanto las manos del teclado y se recargo en la silla finalmente dirigiendo su atención a su madre

—Sí, es probable que él se haya ido para siempre, pero ¿Qué se supone que haga? ¿Llorar? Ya hago eso— dejo salir un suspiro tembloroso —No logro entender por qué lo hizo mamá, pero tengo una compañía que dirigir, no tengo tiempo para desmoronarme porque mi novio decidió abandonarme— dicho eso trago una respiración profunda y volvió su mirada a la pantalla

Anne observo a su hijo un tanto rendida, sabía que el solamente estaba intentando no perder la cabeza, pero tampoco se explicaba en qué momento se había vuelto tan insensible, camino hasta sentarse en uno de los sofás de la oficina, sobre la mesa de café la imagen de dos chicos de quince y diecisiete sonrientes y nerviosos por su primer cita oficial, una sonrisa nostálgica curvo los labios de Anne y volvió a ver a su hijo, Las cosas sí que cambian.

-*-

Eran pasada la media noche cuando estaba de vuelta, las luces apagadas solo eran el frió recuerdo de que era el único en casa, camino hasta la cocina y observo a su alrededor, no había comida para calentar ni el vaso de agua junto a una aspirina sobre la isla de la cocina, arrastrando los pies se sirvió el mismo un vaso de agua y se recargo en el fregadero

Había tanto que no se dijeron, no tuvieron el tiempo de una despedida adecuada. Ambos lo sabían, las miradas cargadas de disculpas, los silencios incómodos y la falta de calidez en cada abrazo después de una ronda de sexo...quizá eso era lo que más dolía, la palabra amor se había esfumado de sus labios y sus acciones, pero no porque no lo sintieran, el jamás dudaría de su eterna devoción por Louis, y entre más lo pensaba más dolía, dolía pensar que le tomo tanto para ganarse un lugar en su corazón y lo perdió sin darse cuenta

Tomo entre sus dedos el pequeño objeto en su bolsillo, un anillo de oro blanco con un pequeño único diamante al centro, recordaba haber pasado un día entero tratando de decidir cuál sería el anillo perfecto, después estuvo emocionado por los planes de la boda, todo hasta que los contratos comenzaron a aumentar y con ello el trabajo, pronto la constructora sería tan solicitada que él tendría que dejar de lado los planes y Louis junto a su madre encargarse de todo. Claro que entonces la fecha se acercaba y el tenia esos siete viajes a los largo de dos meses y se tuvo que posponer, fue así durante un tiempo hasta que la boda se suspendió, siempre con la eterna promesa de que la retomarían apenas el trabajo disminuyera, claro que eso nunca paso

Harry trago saliva y dejo en vaso en el fregadero, busco en la pequeña bodega para licores que tenían al final del pasillo

Ron

Louis amaba el ron, el aroma avainillado y dulce que este tenía, además de la suavidad al deslizarse por su garganta, el recuerdo de sus labios húmedos y con el suave aliento a licor aun picaba en su memoria, excepto que sabía que había pasado pero ya no podía saber cómo se sentía, tomo una botella y subió hasta la habitación principal, sin pasar por la cama si quiera, se dirigió a la puerta que daba al armario, se dejó caer en la butaca al centro del cuarto

Un trago, dos, tres...siete, la mitad de la botella y sus lágrimas saldas le tenían el cerebro nublado

—Lo siento, lo siento tanto bebé— sollozo dejándose caer al suelo para abrazar sus rodillas

-*-

Louis observaba su mano izquierda, el peso fantasma del anillo aun le hacía doler el corazón, ya había pasado dos meses desde que dejo Londres

—Señor Tomlinson— llamo el joven recepcionista —puede pasar—

Sacudió la cabeza saliendo de su trance y camino hasta la puerta, toco un par de veces hasta que una voz femenina le indico que pasase

—Louis ¿cierto?— saludo la chica, Bleta ahora sabia se llamaba —Como dije tu trabajo es muy bueno y te llamaríamos si estábamos interesados en contratarte, ahora el trabajo es tuyo si aún estas interesado— dijo ella sin rodeos

Los ojos de Louis se iluminaron en alegría, genuina alegría que llevaba un tiempo sin sentir

—Por supuesto que quiero el trabajo, es por eso que he venido— hablo torpemente

—Es bueno saberlo— dijo la chica con una risita

Por un momento Louis se sintió torpe por su actuar, pero nada nublaba la alegría que ahora mismo sentía.

Quizá si podría empezar de nuevo, quizá podría ir detrás de su final feliz

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Estoy realmente impresionada por que la historia ya llego a las 1000 lecturas

solo quiero decir ¡muchas gracias! 

realmente espero que lo estén disfrutando y nuevamente les recuerdo que leo cada uno de sus comentarios y opiniones

la historia esta en curso por lo que sus sugerencias siempre pueden ser útiles ;)

sin mas, que tengan bonita vida <3 se les quiere

¿Existen los finales felices?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora