Capítulo 22 - Adhara

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(Es largo, lo sé).

Escritora

Lo primero que Adhara percibió al despertar fueron cuchicheos, que en un principio la hicieron creer que seguía compartiendo habitación con Savannah Longbottom y su séquito, y por consecuente sus ojos permanecieron tercamente cerrados. Entonces recordó que ahora tenía dormitorio propio, y antes de poder terminar de asimilar que por lo tanto había intrusos en su habitación, alguien saltó sobre su cama y una exclamación grupal coordinada pronunció:

― ¡Feliz cumpleaños!

Malfoy, sorprendida, abrió los ojos de golpe, encontrándose con Rose sentada a su lado luciendo una enorme sonrisa, y más allá a Ana con una bandeja primorosamente adornada y llena de alimentos que olían de maravilla. Molly Weasley también se hallaba allí, sonriendo como solo Molly Weasley sonreía. Incluso Lily Potter parecía estar mirándola amigablemente, más apartada que el resto.

― ¿Qué...?― comenzó a preguntar, confundida, mientras Ana se acercaba con la bandeja―. ¿Esos son croissants? ―cuestionó en cambio, sintiendo sus glándulas salivales acelerar su funcionamiento. Rose asintió, riendo―. Oh, Merlín chicas, las adoro.

―Lo sabemos, Adh― aseguró Ana, aguardando a que la pelirroja se incorporara hasta estar sentada, pudiendo así recibir la bandeja de plata―. Feliz cumpleaños, luz de mis noches más oscuras― añadió con fingida dulzura.

Le pellizcó la mejilla e inmediatamente recibió un manotazo y un insulto sonriente de la cumpleañera.

―Feliz cumpleaños, Adhie― acotó Rose, también sonriendo―. Ya puedes hacer magia fuera de Hogwarts.

― ¡Feliz cumpleaños, Adhara! ―se sumó Molly, arrimándose al grupo con confianza, tomando asiento junto a Rose.

―Lo mismo que ella dijo, Malfoy― añadió Lily, parándose cerca de Ana, quien le arqueó una ceja delatando que cuestionaba su presencia―. Antes de que lo digas, yo entré aquí siguiendo el olor a comida. Pero yo que tú comería eso después, abajo hay gente que quiere saludarte.

Con "gente que quiere saludarte" Adhara entendió que se refería a su hermano y a Albus, quienes además de ser Slytherins eran hombres y por lo tanto no podían esperarla mucho rato en la sala común, ni mucho menos subir a su dormitorio. Sonrió ampliamente, le volvió a dar la bandeja a Ana -luego de beber un poco de café y hacerse con uno de los croissants-, y se puso de pie para ir directo al baño.

En quince minutos el grupo de mujeres estaba en la Sala Común donde efectivamente Albus y Scorpius aguardaban, también acompañados por Max. Aparte de ellos no había mucha gente en el lugar, puesto que era hora de desayunar y la mayoría se hallaba en el Gran Comedor. Solo había un par de niños de segundo que ultimaban tareas, una chica de cuarto muy ojerosa que leía un libro, y luego el grupo de chicos de séptimo año, que se traducía en James Potter, Fred Weasley, Dylan Suex y Frank Longbottom, debido a que Alex Stranger ya se había marchado junto a su novia. Eran ellos los que veían con curiosidad el intercambio que se producía a metros de ellos, donde Adhara Malfoy abrazaba a su hermano, luego a Albus, y luego a Maximus Nott -más largamente que a los demás, cabe decir. Esto último hizo que James apretara con innecesaria fuerza el apoyabrazos de su asiento.

― ¡Feliz cumpleaños, amor de mi vida! ―gritó el Nott, como si ya no fuera suficiente escena.

Para consternación de James, Adhara rió, acostumbrada a las bromas de talante romántico de su amigo.

―Te preparamos un pastel― comentó Albus―. Pero nos encontramos con Peeves de camino a aquí, y lo único que pudimos rescatar fue el desayuno.

Hijos de la guerra (James Sirius Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora