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La semana previa a la cita con Ten, Jaehyun evito a toda costa encontrarse con Doyoung, realmente estaba por decir menos molesto, aun no podía creer que realmente las cosas hubieran terminado de aquella forma, no podía creer que Doyoung hubiera permitido que todo acabara así, siendo arrojado a los brazos de otro.

Miro su celular observando el número del pelinegro, aun estaba la ansiedad de llamarlo y pedirle una explicación, pero entonces recordaba que Doyoung no quería nada con él, aun al haberle confesado que él si.

— ¿Qué tal? —

Alzo la vista para encontrarse con Johnny que sonreía de forma casual, al menos le alegraba que este estuviera bien con Taeyong y que fueran felices.

— ¿Cómo va todo para la cita con Ten? — continuo — Me alegra que por lo menos uno de los dos haya podido lograr ser feliz con él —

— Si — respondió bastante desanimado — ¿Sabes Johnny? Siendo amigos, hay algo que debo decirte —

— Dime —

— Después de esta cita, no creo que vuelva a salir con Ten —

— ¿Por qué? Creí que — fingió no saber nada, aunque lo sabía todo, incluido lo que tenía que hacer y decir —

— Solo creo que Ten no es mi tipo — respondió mirando su celular, justamente la foto que había tomado del pelinegro donde dormía — Ten es un buen amigo, pero nada más —

— ¿Es por Doyoung? —

Jaehyun alzo la vista, ya con anterioridad le había dicho sobre su interés por él, pero podía decir que había recapacitado o cualquier cosa que pudiera servir.

— No, en realidad creo que me confundí y Doyoung también es solo un buen amigo —

— Ya dejemos de fingir — hablo finalmente sonriendo — Ten y Taeyong están dispuestos a que Doyoung hable ¿Te interesa? —

No pudo evitar que una sonrisa se posara en sus labios ¿Taeyong y Ten hablando con Doyoung? Era algo que por supuesto pagaría por ver, sobre todo si él salía beneficiado.

— Me interesa —

— Bien, pero hay algo que tienes que hacer —

— Si tengo que caminar por fuego, lo hago —

— ¡Esa es la actitud! —

✦✦✦

Si algo había aprendido Taeyong, es que podía ser un buen amigo, el mejor, el más leal y si quería lidiar con Doyoung, tenía que pensar con maldad, una de las cosas que mejor había aprendido de sus dos amigos, era que jugar con la mente podía ser mucho más efectivo que hablar o incluso golpear.

Aquella noche se encontraban en casa de Doyoung, finalizando un trabajo de alguna materia que había tenido que fingir que existía mientras Doyoung estaba con un trabajo de quien sabe que más, pues solo parecía estar haciendo garabatos al aire.

— Maldición Ten — murmuro mirando su celular al recibir un mensaje del mencionado —

Pudo ver de reojo como al pelinegro alzaba un poco la mirada, pero él seguía concentrado en su celular, disimulando que no lo había visto.

— Maldición de nuevo — volvió a murmurar tecleando con furia — ¿Acaso te volviste loco? —

— ¿Qué pasa? — pregunto el pelinegro sin alzar la vista, fingiendo que no le interesaba el tema, pero Taeyong no se tragaría eso — ¿Paso algo con Ten? —

My DarlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora