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Taeyong miro su teléfono nuevamente, había perdido la cuenta de cuantas veces lo había hecho con anterioridad, pero no tener noticias de Johnny lo comenzaba a desesperar, aunque tampoco era algo que pudiera solucionar tan fácil, por mucha voluntad que pusiera.

— ¿Johnny sigue enfermo? — pregunto Doyoung que tomaba asiento siendo recibido por un puchero —

— Si — respondió mirando de nuevo su celular — ¿Cuántos días más debo permanecer así? —

— No te preocupes — contesto el mencionado — Cuando te sientas mal por no ver a Johnny, solo tienes que recordar su bello y romántico momento bajo la lluvia, besándose —

— ¿Por qué te conté eso? —

— Tuviste que hacerlo el primer día que Johnny no acudió a clases, porque estabas tan triste —

— Fue muy romántico —

Doyoung rodo los ojos sin dejar de sonreír, Taeyong había mencionado lo que había pasado, con ojos llenos de brillo, brillo que desapareció cuando el castaño llamo para decirle que se quedaría en casa, pues al parecer había pescado un resfriado, entonces el pelirrojo se lamento de haber aceptado el abrigo del más alto, a Doyoung no le quedaba duda de que incluso si no lo hacía, Johnny se las hubiera ingeniado para que no se mojara.

— Ya para a tu tristeza, estoy seguro que pronto lo tendrás de regreso — hablo de nuevo — Y entonces habrá miel por todos lados —

— Eso dices solo porque tu si ves a Jaehyun —

— Yo no permitiría que Jaehyun enfermará de forma estúpida —

— Repito, fue romántico —

— Claro Taeyong, entonces ahora extráñalo románticamente —

— Eres un insensible, no se que te vio Jaehyun —

— ¿Qué otra cosa va a ser? — interrumpió Ten — Cuando esta con Jaehyun, Doyoung se transforma —

— ¿Qué se supone que soy? ¿Un Pokémon? —

— No, los Pokémon son tiernos — continuo dejando un montón de libros — Y tú, eres como el encomendado del diablo en la tierra —

— ¿Solo un encomendado? — pregunto Taeyong — Pero si Doyoung podría dirigir el mismo infierno —

— Es una pena que Johnny no este aquí, para ayudarnos con las clases de chino de Ten —

Recibió una mala mirada de parte de ambos amigos que solo lo hizo sonreír aun más.

— ¿Por qué estás aquí? ¿Dónde esta Jaehyun? Es ahora cuando necesitamos que controle tu maldad —

— Tiene clases — respondió orgulloso — Así que ¿Cómo esta Kun? —

— ¿Por qué parece molestarte cuando te preguntamos por él? — pregunto Taeyong olvidándose por un momento de su desolada y penosa situación — Kun es muy agradable —

— No me molesta — respondió hojeando su libro de chino mandarín —

— Pero cada que te decimos que lo invites a comer con nosotros, te niegas — continuo Doyoung —

— Si — siguió Taeyong — A veces parece que no quieres ni que lo saludemos —

— Por supuesto que no — contesto mirando otro libro — Son libres de hacer eso —

Doyoung miro a Taeyong quien hizo lo mismo, pues de pronto Ten no parecía interesado en la conversación, hasta que algo hizo click en ambos, sonrieron para girarse hacia el rubio que continuaba fingiendo ignorancia.

My DarlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora