XXII

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Ya era sábado, por fin había llegado ese ansiado día. Desde el jueves pasado, el día que salí del hospital, todo ha ido bastante bien; he vuelto al estudio a grabar algunas cosas, de repente mi familia se había preocupado bastante por mí y con Alejandra todo iba de fábula. De momento, todo iba demasiado bien.

Había quedado en media hora con Alba, Marta y Sabela para ver qué me pondría esta tarde, ya que tenía el café previsto con Alejandra. Mientras me vestía, algo informal ya que no quería destacar entre la gente y mucho menos con los fans, me sonó el teléfono varias veces. Lo cogí a la última, sinceramente no soy muy fan de coger el teléfono.

-¿Sí?- Pregunté curiosa, era un número desconocido.

-¿María? Soy Marcos, quería saber si ya estabas bien.- ¿Marcos? Este tío era muy raro.

-Sí, ya estoy bien. Me enteré de que llamaste tú a la ambulancia.- Contesté mientras buscaba las llaves por mi casa.

-Eh sí, vi que caíste al suelo y al llegar no te levantabas.- Explicaba y me resolvía alguna que otra duda. -Además, como te pase algo a Vicky le afectaría mucho.- Pero ¿qué pretendía diciéndome esto?

-Marcos, me desconcierta y me alegra que te preocupes por mí, pero no entiendo a qué viene esto.- No quería decir su nombre, eso me causaría más de un problema.

-Verás María, no sé si te acordarás de lo que te dije de que Vicky no te amaba y que solo estaba confundida.- Mi cabeza ya estaba dando tumbos. -Pues me equivoqué, no era cierto. Vicky te ama, María.- Me quedé muda, no me lo esperaba en absoluto.

-No entiendo el porqué vienes con esto ahora.- Iba a decir algo pero le corté. -Marcos, no quiero saber de ella ahora, tenías razón y siempre sale alguna herida, obviamente no quiero eso ni para ella ni para mí. Pero no Marcos, no estoy dispuesta a volver a aquello, ahora mismo no quiero saber de ella porque estoy intentando rehacer mi vida sin ella y de momento me iba bien. Simplemente quiero superarla, que ella esté bien pero necesito no necesitarla, no amarla.- El nudo de la garganta hacía cada vez más presión. -Y si me vienes con eso ahora, lo único que me causarás serán problemas.

-No quiero causarte ningún problema, María.- Respondió y suspiré.

-Lo intuyo, lo haces por ella. Por eso necesito que la hagas feliz.- Una lágrima que amenazaba con salir corría por mi mejilla y la aparté. -Hazla feliz, de la misma manera en la que yo quería hacerlo.- Colgué.

No dejé que me respondiera, me había desestabilizado un poco la verdad, esto era lo que causaba ella, aunque no era su culpa. No entendí por qué me lo decía ahora ni mucho menos el porqué antes fue un capullo y ahora demasiado bueno, algo no me cuadraba pero me daba igual, ya estaba cansada de ese mundo que solo me traía pesadillas.

Sonó el timbre, seguramente sería alguna de las chicas y fui a mirar. En efecto, eran ellas. Las dejé pasar después de que casi me asfixiasen con sus abrazos. Con ellas me sentía cómoda, me sentía feliz, sentía como si no hubiese pasado nada en mi vida; era yo.

-Pues al final la cita se canceló.- Me dijo Marta y mi expresión de sorpresa hizo que carcajeara.

-¿Y eso tía? ¿Qué pasó?- Pregunté sorprendida.

-Tenía que doblar un turno y me surgió un problemilla en el estudio.- Informó y me calmé un poco, ya pensaba que el tío le había dado plantón o algo parecido. -Que por cierto seréis las primeras en escuchar mi single.- Soltó y todas comenzamos a gritarle.

-¿¡Qué!? Y ¿¡no nos dices nada antes!?- Protestaba Alba, que ya había sacado sus primeras canciones, muy buenas a decir verdad.

-¡Yo lo quiero escuchar ya! ¡No es justo esta intriga!- Dijo Sabela.

-Os la enseñaré cuando María nos enseñe su canción.- Dijo Marta y la miré asustada.

-¿Qué? No, por supuesto que no. Yo tardaré algo más en sacarla.- Me excusé y me reprendieron con la mirada. -Lo siento chicas pero apenas tengo inspiración como para escribir algo.

-¿Que no tienes inspiración?- Preguntó Marta. -Has tenido un romance con tu puto ídolo de Fama, has tenido experiencias con tu familia que te puede ayudar a escribir algo y te vas a tirar a tu doctora del hospital.- Abrí los ojos exagerada al escuchar lo último que había dicho.

-¡No me la voy a tirar!- Exclamé y vi como me miraban mal. -Quiero decir, yo quiero algo más, no un polvo y ya.- Expliqué.

-Eso es bueno entonces.- Dijo Marta mirándome traviesamente y reí.

Pasamos la tarde entre risas y cervezas hasta que me di cuenta de que llegaba tarde por haberme distraído tanto con las chicas. Decidí, con la ayuda de ellas, que debía ponerme un crop top blanco junto con un pantalón negro y unas zapatillas del mismo color; el pelo decidí no tocármelo mucho y me lo terminé planchando para no ir tan desigual. Honestamente iba bastante guapa aunque tampoco quería ir exagerando la verdad.

Debí de salir 20 minutos antes, pero finalmente salí 5 minutos, algo que me ocasionó obviamente llegar tarde. Cuando llegué, literalmente corriendo, la vi sentada en una mesa de la cafetería con el ceño fruncido pero al verme sonrió. Me acerqué y al llegar le saludé con dos besos.

-Me hubieras dicho que llegabas tarde, no hacía falta que vinieras corriendo.- Dijo riendo al verme tan fatigada.

-No quería hacerte esperar mucho y si no corro hubiese tardado más.- Contesté y me pude fijar en que me había pedido un café con crema, justamente mi favorito.

-Yo hubiese esperado lo que hiciese falta.- Me miró a los ojos y me sonrojé apartando la mirada. -¿Te gusta el café? Tu amiga Marta me dijo que tu favorito era ese, espero no haberme equivocado.

-Sí, es este. Gracias.- Respondí sinceramente y me dedicó una tierna sonrisa. No recuerdo haberla visto hablando con Marta, posiblemente fuese en el hospital.

-Y bueno María, cuéntame sobre ti.- Dijo bebiendo de su café.

-Pues me dedico a la música, justo hace unos meses estuve en el programa de Operación Triunfo y- Comencé a decir pero me terminó cortando.

-Eso ya lo sé.- Dijo con una risilla. -Vi algo del programa, mi sobrina es muy fan de OT y te conocí por eso, por cierto he de decirte que tienes un vozarrón y me encanta tu voz y tu estilo; bueno, me encantas tú en general.- Confesó y me sonrojé demasiado. -Pero cuéntame de ti, de tus gustos, tus películas y series favoritas, si lees, si viajas; quiero conocerte, María.

-Bueno, eso son cosas superficiales pero si quieres te las digo: me encanta el reggaeton pero también me gusta la música triste que te deprime; mi película favorita es La Lista De Schindler, me encanta que sea tan triste; mi serie favorita es La Casa De Papel, como dato te diré que mi favorita es Nairobi y por supuesto me encanta leer y viajar me apasiona.- Comenté y vi como se le escapaba una sonrisa cuando terminé. -Pero eso no es conocerme, eso es muy superficial y no me define en absoluto. Si quieres conocerme de verdad tendrás que pasar más tiempo conmigo.

-Y espero hacerlo, créeme.- Sonreí tras su comentario y miré que se había sonrojado un poco. -Por cierto, ¿me puedes explicar cómo tienes la poca vergüenza de venir así de guapa y dejarme en ridículo?

-No voy tan guapa y por supuesto que no te he dejado en ridículo, tú siempre vas guapísima porque así eres.- Confesé sin ni siquiera haberme dado cuenta y me miró con una ceja levantada junto con una media sonrisa. -¿He dicho algo fuera de lugar?

-No, es que me ha sorprendido ese halago en la primera cita.- Comentó y me atraganté con el café.

-¿Es una cita?- Pregunté tímida pero no pude evitar sonreír.

-Esto es lo que tú quieras que sea, pero si quieres llamamos a tus amigos y montamos una fiesta.- Dijo y reí alocadamente, precisamente mis amigos podrían hacer eso hasta en una iglesia.

-Me agradas Alejandra, me agradas mucho.- Le dije y vi como sonreía al escuchar mi comentario.

-Espero que eso vaya a más, la verdad.- Susurró mientras bebía café y me miraba. Afortunadamente pude escucharlo para no hacerme falsas ilusiones.

Cold ||María x VickyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora