CAPÍTULO 11

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—AROMA—


Un leve aroma a bosque, manzanas verdes y tierra húmeda fue lo primero que captó luego de haber entrado a aquel lugar y haber dicho lo que dijo. La fragancia era casi imperceptible en el aire, pero dejaba un picor en su sensible nariz cada que olía más de ella. Había logrado nublar por unos segundos sus sentidos, bloqueándolo y dejándolo en blanco, pero fue tan corto y rápido el tiempo de duración que prefirió no darle importancia.

Obviamente no le pertenecía a ninguno de los miembros de su manada.

El de cabello gris y ojos de color café se centró en la figura de Young Soo y, aunque no pudiera ver su rostro y su mirada tras la máscara solo transmitiera sorpresa, el olor a miedo que estaba desprendiendo se hacía presente. Exponiéndolo. Delataba su verdadero estado y el de los otros dos betas. Notaba a Dangyul y a Minwoo con posturas resignadas y a poco de comenzar a temblar cuando fijó su vista en ellos. Sus olores se mezclaban y acompañaban al del joven líder.

En otra ocasión hubiera sonreído, e incluso reído, por sus entretenidas reacciones. Más por la del beta a cargo, ya que era un tanto difícil que el testarudo chico dejara de lado su fuerte carácter para adoptar uno más accesible ante su presencia. Pero, curiosamente, en ese momento no estaba divirtiéndose ni en lo más mínimo. Aunque sí le producía satisfacción a su lobo sentir el temor de sus subordinados, le enaltecía el orgullo a su alfa.

La habitación fue invadida por un total silencio. Jungkook solo se limitaba a observar al hombre que, con anterioridad, había ingresado. El de cabellera castaña oscura estaba perplejo después de haber percibido el fuerte aroma que comenzaba a dominar todo el área a su alrededor, imponiéndose ante los demás olores, demostrando su posición y autoridad. Era uno como él. Era un alfa pura sangre. Nunca en sus veinte años de vida había conocido a otro alfa que tuviera el mismo rango superior. Incluso a tal grado de igualarlo.

Si no hubiera sido rociado con supresores, estaba seguro que en esos instantes ambos estarían desprendiendo sus esencias y teniendo una lucha de aromas para comprobar quién subyugaba a quién primero.

Jimin quitó su vista de los más jóvenes para dejarla caer sobre el muchacho Jeon, quien también lo miraba. Tenía uno que otro rasguño en su rostro, nada muy grave. No recordaba haberles dicho que podían seguir golpeándolo, aunque tampoco se los prohibió. De todos modos, no interesaba mucho.

—Je-... —Uno de los betas, Minwoo, intentó hablar para cortar el agobiante mutismo.

Cállate. —El alfa de sangre pura no le permitió continuar. Su voz de mando era tan fuerte que podía preceptuar a cualquiera de los subgéneros. Ni los alfas, ni los betas, se libraban de ella.

La orden estremeció al adolescente menor del grupo. No le gustaba que la usaran en él. Los otros dos prefirieron bajar la cabeza en sumisión. Fue el instinto que prevaleció en ellos, sus lobos haciéndoles y exigiéndoles obedecer, aun si ellos no querían. En cambio, Jungkook sintió a su propio lobo removerse en su interior. Aunque no fue él el receptor, su instinto pedía oponerse y retar al contrario.

Aun con las nuevas sensaciones recorriendo su cuerpo por el alboroto de su animal, descifró lo que su mente le decía a gritos por ser lo más obvio.

Aquel atractivo, pero intimidante, peligris era el jefe de quien se hablaba. El portador de atrayentes labios carnosos era quien mandaba y ponía las reglas. Y, seguramente, era el mismo que dictó que fueran a por él y, posiblemente, a por su padre.

►DAME SOLO UNA OPORTUNIDAD◄||국KOOKMIN민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora