CAPÍTULO 12

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—MERCENARIO—


Jungkook no le creía. El hombre frente a él era considerablemente joven como para ser un mercenario. Los mercenarios eran ex militares, soldados u hombres mayores con un arduo entrenamiento y años de experiencia en combate y armas. Parecía irreal que el otro alfa, viéndose aproximadamente de su edad, fuera uno de ellos. Aunque pudo darse cuenta que, al igual que los sicarios, trabajaban por dinero y sin ningún motivo ideológico.

—En primer lugar, no me llames mocoso. No lo soy y no tolero el apelativo. —Soltó un gruñido y frunció el ceño mostrando su desagrado.

Aquello le hizo sonreír a Jimin y contener una pequeña risa.

—Uy, qué sensible eres, chico. —Se burló un poco por su expresión—. Será mejor que te vayas calmando, porque he sido demasiado amable contigo hasta ahora como para que me comiencen a dar ganas de tratarte mal.

—Claro, si tú lo dices. —Rodó los ojos sin darle importancia a su advertencia—. En segundo lugar, en caso de que seas un mercenario, cosa que tampoco te lo creo ni en sueños, —Jimin levantó una ceja mientras le mira de manera desinteresada— estás aceptando de forma indirecta que haces todo esto por dinero. Lo que fundamenta mi punto.

—Me encantaría refutar tu "punto", pero tengo mejores cosas que hacer que solo quedarme aquí y ponerme a darte explicaciones acerca de tu situación.

El peligris se acercó y lo sostuvo desde la nuca. Agarrándolo del oscuro cabello y llevándolo hacia más atrás, exponiendo por completo el cuello de Jungkook y enviándole a este último a sentir una corriente eléctrica recorrer cada parte de su cuerpo, provocando que diera un pequeño salto en su sitio. La presión de las gruesas cadenas sobre sus extremidades le causó al menor un dolor y ardor por el repentino movimiento inesperado.

Jimin, quien percibió lo sucedido, lo miró con confusión. Solo lo había tocado y el otro alfa de sangre pura había reaccionado de una.

Suéltame. —El castaño no pudo eludir su instinto y, mucho menos, controlar su voz. Su alfa actuó por voluntad propia, sin que él pudiera hacer algo para evitarlo o reprimirlo. Sus ojos se abrieron con sorpresa al notar cómo los del contrario cambiaron a un color rojo intenso, similar al guinda, y su expresión se tornaba a una enojada.

Lo retó y no le gustó nada al lobo del mayor. 

Silencio. —Por alguna extraña razón que desconoció, y por más que lo pensó no la encontró, obedeció a la voz de mando. Apretó sus labios y trago saliva duramente, Jungkook y su lobo alfa se sentían humillados. Jimin, con toda la seriedad del mundo reflejada en su rostro en ese momento, sacó de su bolsillo derecho algo que el otro no pudo identificar con claridad y lo inyectó en la parte despejada de su cuello—. Dormirás unas horas más. Descansa, Jungkook. Nos veremos mucho más tarde.

El más joven soltó una maldición en voz baja, estaba hartándose de que lo pongan a dormir con sustancias que afectarían su sistema y, de seguro, le traerían un desorden al pasar de los días. Poco a poco fue perdiendo el conocimiento y quedando dormido sobre la silla.

El de cabello gris se fue alejando, sintiendo una presión en el pecho cuando retiró su mano de la nuca de Jungkook. Se le quedó mirando unos segundos para luego sacar su celular y mandarle un mensaje a Namjoon. En cuestión de minutos estarían listos para partir a una nueva zona, con más miembros de su manada acompañándolos, y así poder eliminar cualquier rastro que quedara en donde estaban ahora mismo.

►DAME SOLO UNA OPORTUNIDAD◄||국KOOKMIN민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora