El último

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Quizá este sea el último.

Aunque a forma de constantes recaídas, ofrecí el tiempo necesario, y por eso, quizá este sea el último. 

 Dediqué mis primeras horas de poesía, reprochablemente , al centro primario de la existencia: el individuo.

Pedí al cielo divino de babel un sueño para vivir, 

babel lo concedió con razones más profundas que la conciencia,

pero hoy,  ni la mitad de lo que soñé acaece.

Rompiendo las reglas de babel, al ser, únicamente, un alma; 

un alma, que pequeña y caprichosa es, 

 no da cabida para las emociones de la vida; 

como la rosa no alcanza para expresar la belleza de la naturaleza, 

no es suficiente, para expresar mis ganas de escribir, poesía como la que desde hace un año y para este poemario, soñé crear.


... ¿cómo reunir las emociones y los sueños en ordenados versos?.

 Son demasiados los sueños difusos, pero el mismo ser impulsivo,

por ello 

el tiempo parece, en un torrente de inconexas experiencias,  perder su diferencia con el espacio,

 y mi adolescencia  se diluye en modalismos fríos, que me condenan a lo simple.

Mi poesía no podría depender de otra cosa que no fueran los recuerdos, 

y por eso mi creación primaria morirá sola, 

porque desde que empezó a ser, solo pensó en el vacío memorial del autor,

y el vacío memorial del autor, no es más que una adolescencia solitaria. 


Hoy que se acaba Los Versos de Hoy, muere el hombre que lo escribió, 

muere mientras influye en el mañana que, a forma de vivencias, será el avistamiento de los detalles desconocidos, del simple olvido... de mi nueva poesía 


Viejas técnicas, que adquirí solo leyendo, ahora partirán en busca de su perfeccionamiento,

parten con lo que aceptó salir junto a ellas, 

reconociendo un nuevo modo de escribir, 

evolucionando de la idea racional al hecho de poetizar, 

calmando los dolores y cerrando las puertas, 

abriendo los caminos para contemplar el amplio campo;

así,

con incontables efectos, nuestras palabras, aún pensativas, vuelan hacia un nuevo destino.

Y por ese nuevo destino, quizá este sea el último.


Los Versos de Hoy se pensó como una forma ordenada de expresión, 

y aunque terminó siendo una extraña mezcla de sucesos y reacciones 

(como mi adolescencia, de hecho),

determinó el camino que estos cansinos pies recorren, 

guío, con una llama única, al caminante; 

labró con restos, el gran santuario, 

santuario que hoy esparce las cenizas de un muerto, 

cenizas que caen y rocían el cabello del nuevo sueño, 

nuevo sueño que ve salir la luz natural y camina junto a ella, 

luz que entra por mi ventana

y llena de brillo las más oscuras esquinas de la mente:

el miedo, 

el silencio, 

la nostalgia, 

los recuerdos.


Fuego que arde en lo profundo,  con la aurora que precede a la luz, 

irradia una chispa de nostalgia y se apaga. 

Los Versos de Hoy se apagan, pero mi poesía...

 acaba de tocar oriente.




2020

Gracias. 






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⏰ Última actualización: Jul 19, 2020 ⏰

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