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Después de esas raras sensaciones que tuve en la salida de la casa, llegue al colegio.

Realmente era hermoso y me quede completamente enamorada de él desde el momento en el que entre al estacionamiento, la verdad, yo no vine a recorrerlo cuando me lo propusieron, ese día tenía que ayudar a empacar a mi mamá, así que no vine, pero les digo la verdad sin exagerar, es realmente divino, me quede sin palabras y con la boca abierta cuando lo vi al bajarme del auto. Nunca me imaginé que se vería tan espectacular, tanto es el caso, que llegue a darme un pequeño pellizco para comprobar que no era un sueño y lo comprobé, no era un sueño.

-Mi vida ¿dónde has estado todo este tiempo? -dije en voz alta cuando ya estaba enfrente de la puerta, observando con admiración la construcción de lo que ahora seria mi nueva escuela, me olvidé de todos y de todo mientras la observaba, como la obra de arte que es.

-Esperándote amor mío-dijeron a mis espaldas, suena voz de hombre y me está agarrando de la ¿cintura? ¿Al estilo Titanic?

Me quite rápidamente, obviamente como es la reacción de todos con un pequeño "saltito" de susto, la verdad no fue un saltito pues casi me caigo yo solita, pero no me caí solita, y mucho menos es el típico cliché en el que él chico me agarra de la cintura para que no caiga para después casi besarnos, ¡no! como la mala suerte que tengo, no me caí de bruces hacia el piso, sino que algo peor, me caí de bruces con aquel chico.

No fue nada placentero, ni un poco chistoso, por lo menos no para mí, pero a puesto que para la gente que nos observa si, y lo confirmo al momento de escuchar unas cuantas risillas que prefiero ignorar, así que procedo a levantarme lo más rápido posible para terminar de paras este momento bochornoso.

Al momento de levantarme de di cuenta de que el chico se estaba riendo y no sabía la razón hasta que menciono que había hablado en voz alta, cosa que provoco un pequeño rubor en mis mejillas, pues solía pasarme en ocasiones sin que me diera cuenta y al parecer lo volví a hacer pues el chico se volvió a reír. Sinceramente yo no le encuentro la gracia a esto, quizás no sea tan común pero no debería reírse, al parecer él no había conocido a alguien que lo hiciera porque seguía riéndose y lo peor era que seguía en el piso, bueno lo peor para él porque él era el que estaba haciendo el ridículo.

- ¿Qué se supone que hacías? -le pregunte al chico que seguía en la entrada tirado, refiriéndome obviamente al hecho de que me agarrara de la cintura como si fuéramos viejos amigos o una pareja, pues no teníamos ningún tipo de confianza para que hiciera eso.

-Simplemente apreciando y sintiendo la belleza humana-dijo sin ninguna vergüenza aquel chico.

- ¡Oh vamos! ¿no tienes algo mejor para ligar, chico? –

Era una respuesta tan absurda desde mi punto de vista, no tan original y muy fuera de lugar, como si tuviera que tocarme para apreciar la "belleza humana", y el sentirla ¿quién se cree este chico?

Obviamente no estaba para nada interesada en conocer más de ese chico, pero al parecer él en mí sí, pues sin preguntarle me dio su nombre, y ahora sé que ese chico se llama David, y planea verme luego, pase de él y me centre en observar con detalle lo que sería mi nueva escuela.

Si por fuera era impresionante y me había dejado sin palabras, por dentro era toda una maravilla y me dejo sin aliento. Al entrar podías observar su gran altura y en las paredes se podía apreciar el gran diseño con el que contaba, hermosos relieves. Tenía un aura de la época medieval que me encanta, había leído un poco sobre esta escuela, tengo entendido que este edificio era un castillo prácticamente abandonado y este lugar era prácticamente un pueblo abandonado, pues habían ocurrido horribles acontecimientos, por lo que decían que era un pueblo maldito, pero ciertamente no habían ocurrido tragedias en estos lugares por mucho tiempo.

Terminé mi recorrido y me dirigí a mi aula correspondiente, ciertamente estaba muy nerviosa, era mi ultimo año en la preparatoria y tenía unos cuantos meses para decir por fin que iba a estudiar, no sabia si seguir con el legado familiar o tomar otro rumbo. No era algo fácil de decidir, pero sabia que iba a contar con el apoyo de mi familia sin importar la decisión que tomara.

Luego de un pequeño lapso de tiempo llegó mi primera clase, que se trataba de la asignatura de literatura, me tuve que presentar en frente de todos y descubrí que, para mi desgracia, ese chico llamado David estaba en mi clase. Pasaron las horas y por fortuna ya no me tuve que presentar ante todos en todas las asignaturas y solo me presentaba ante los maestros de manera particular.

Todo transcurrió tranquilo, hice un pequeño grupo de amigas de lo mas lindo, todos se portaron amables y respetuosos conmigo, claro que siempre hay una excepción y en este caso sobra decir quien fue, y por si no se habían dado cuenta me refiero a ese tal David, él cual me estaba colmando la paciencia con sus insinuaciones y el cómo se dirigía hacia mi persona, era realmente estresante porque, aunque trataba de ignorarlo él seguía molestando. Pero lo peor fue al final del día, donde al momento de salir al estacionamiento me jalo del brazo y no me soltaba por mas que se lo pedía de buena gana, fue hasta que aparecieron las chicas que conocí y me rescataron de ese sujeto. En cuanto pude librarme de él me subí al automóvil mientras el se quedaba en el estacionamiento.

Mientras salía del estacionamiento, pude percatarme que en la otra punta se encontraba el mismo sujeto de la mañana, teniendo su mirada fija en David, como si quisiera grabar su rostro en su mente y yo simplemente me lo quede viendo por un instante, lo que provoco que llegara a mi la pregunta que me hice en la mañana.

Muchas gracias a las personas que están leyendo esta historia, por darle está oportunidad.
Críticas constructivas son más que bienvenidas.

¡CUIDADO, MADDIE!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora