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' little wolf '
tres años atrás.
Nora Hargreeves leía con detenimiento el libro que le había robado a su padre de la biblioteca.
Era algo raro sobre viajes y saltos en el tiempo, solo lo leía para ayudar a Número Cinco. Tenía una terrible gripa que no lo dejaba ni siquiera levantarse de la cama, él estaba estresado porque debía encontrar la respuesta de un salto en el espacio/tiempo, así que Nora quiso ayudar. Sin embargo, lo que había en ese libro era demasiado complejo para ella.
—Rayos, jamás imaginé que fuese tan difícil. —puso su mano en la mejilla. Bastante confundida y decepcionada de si misma.
—¡Atención todos! —oyó resonar en las bocinas de la habitación. —¡Alerta nueva misión!, ¡alerta nueva misión! Prepárense, los quiero a todos en 15 minutos abajo. —Nora saltó de su lugar y corrió hacía el armario por su traje. Se lo puso rápidamente y se miró al espejo acomodando su cabello rubio.
Sonrió y de inmediato sus ojos brillaron de un color azul claro. Siempre sucedía cuando estaba lista para la acción.
—Número Cinco, ¿estás seguro de qué estas mejor?. —el pequeño asintió firme. —Bien. ¡Andando!, Vanya trae mi chaleco. —la pequeña Vanya asintió y corrió por el gran chaleco negro de pana.
Los siete jóvenes estaban felices esperando en la azotea de aquel banco. Ansiosos por entrar a luchar.
—Bien niños, no me decepcionen. Adécuense al plan y todo saldrá perfecto. —todos asintieron y corrieron sigilosamente hasta adentrarse al banco que estaba siendo robado.
Todo marchaba bien. Cada uno tenía sus poderes firmes y fuertes, hasta que uno de ellos falló.
Uno de los saltos espaciales de Cinco falló y cayó al suelo fuertemente dándole oportunidad a uno de los ladrones para enterrar fuertemente un cuchillo en el estómago del joven.
El lugar comenzó a estallar de repente, pues uno de los ladrones había puesto varias bombas. Varios de los integrantes de la academia estaban malheridos o habían salido volando por las explosiones.
—¡Hay que abandonar la misión o moriremos enterrados por los escombros de las explosiones! —dijo Luther tratando de ayudar a Allison que había caído al suelo y se había lastimado una pierna. —¡Salgan todos, ahora mismo!
—Falta Cinco. —soltó la rubia preocupada.
—No hay tiempo Nora, probablemente escapó con sus saltos. Vámonos. —Diego la tomó del brazo, jalándola hasta llegar a donde estaba su padre.
