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' murderess '
unos días antes.
—Hola Klaus. —y Klaus se desmayó. Nora no entendía porqué de su boca había salido ese nombre, pues seguía sin entender porque su mente le afirmaba que ese hombre mucho mayor era su hermano.
Cuando levantó la cabeza, vio su reflejo en un vidrio cercano. Ella seguía con su mismo aspecto, ¿por qué ese supuesto Klaus había envejecido tanto?
Trató de despertarlo pero nada funcionó. Así que se decidió a irse y buscar ayuda de sus demás hermanos, pensativa aún en porque su mente reconocía que aquel hombre era el mismísimo Klaus.
—¿Cinco? —susurró. Procuraba no hacer mucho ruido porque seguramente Padre iba a regañarla por sus gritos. Pero jamás hubo respuesta, tampoco encontró a nadie en las habitaciones. Vió a mamá y a Pogo, pero trató de evitarlos, hasta que ya no encontró a nadie, decidió ir a buscarlos.
Pero antes de bajar por completo las grandes escaleras, vió a otro hombre cruzar el pasillo velozmente. Como una sombra.
—¿Entró al cuarto de papá? —se preguntó a sí misma nerviosa. Caminó y observó, pues la puerta estaba entreabierta, el hombre se movía de un lado a otro buscando cosas en los rincones, detallando la habitación como si de una escena del crimen se tratara.
Ese es Diego. Pensó. Aunque sin saber cómo llegó aquello a su subconsciente, pero por alguna razón sabía que ese era Diego. ¿Por qué ese hombre tan mayor sería...? Pensaba mientras examinaba sus manos, no sabía qué ocurría con ella. Empezó a marearse, así que entró al cuarto de Número Cinco, esperando respuestas.
Él estará aquí pronto, te explicará todo. Pensó en un rincón, balanceando sus cuerpo con las rodillas pegadas al pecho. Se que peleamos hace un par de horas, pero solo le preguntaré sobre aquella gente y luego volveré indignada a mi habitación. Observó los libros bien acomodados, la cama bien tendida y el olor a viejo que emanaba el closet. No entendía porqué, no olía así hace un par de horas.
Nora esperó. Pero Cinco jamás apareció, lo cual no le dió muy buena espina.
¿Y si nos están robando? Pensó. Tal vez huyeron y yo... me quedé dormida y ese hombre, que creí era Klaus, era el que me tenía ahí secuestrada. Aunque sonaban como locuras en su mente, era lo más razonable hasta ahora. Pero... Ellos jamás me dejarían aquí... sola. Pensó entristecida. Se levantó del rincón y tomó una chaqueta del closet de Cinco, se la puso y salió por la ventana, esperando que ninguno de esos hombres la encontraran.
