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' you bring it '
Quince años atrás.
La brisa era agradable aquella tarde, sus manos mantenían las flores delgadas entre ellas con delicadeza, esperando poder colocarlas junto a su cama para hacer una bonita decoración.
—Oye, es hora de comer. —gritó una linda voz femenina que sonreía a lo lejos.
—Voy enseguida. —dejó el pequeño ramo en el suelo y corrió por el gran campo hasta llegar a la casita vieja de color verde menta donde su madre la esperaba con una sonrisa amplia.
La cena terminó con un par de risas de la pequeña familia, cómo era de costumbre. Sin embargo, el lavavajillas comenzó a fallar y a inundar el humilde hogar.
—Debo recoger las herramientas en el granero. —dijo apurado el padre que con su fuerza aprisionaba el tubo para que el agua dejara de inundar todo.
—No, no. Debes quedarte ahí haciendo presión, V y Karla irán. —la madre miró a ambas niñas que asintieron y salieron corriendo de aquel hogar hacía el gran granero.
—V, levántame. —la pequeña con rizos rubios subió a su otra hermana por los hombros y después de que esta alcanzara las herramientas, la brisa agradable comenzó a ponerse helada.
—Karla, ¿sientes eso? Mis pies están comenzando a congelarse... —la joven de nombre V tomó las herramientas y caminó hacía la puerta pero Karla no se movía. —¿Karla? Karla, vamos, las necesitan de inmediato. —la de cabello castaño comenzó a reír, como si de pronto, un demonio se apoderara de sí misma. V soltó las herramientas y corrió hacía su hermana que estaba a unos metros más de ella, cuando sus dedos tocaron su brazo estos quemaron por el frío que estaba emanaba.
—V, d-debes irte... —susurró nerviosa y cuando por fin pudo mirar a su hermana, los ojos de la castaña ahora eran grises y brillaban.
—¿K-Karla? —y entonces, sin previo aviso, Karla se transformó en aquel lobo gigante y de golpe, devoro a su hermana clavándole sus dientes en el cuello de V.
Después de un rato, Karla volvió en si, observando el cuerpo de su hermana que se encontraba totalmente despedazado.
—¿V? —y se sentó en el suelo, arrinconando su cuerpo con el de ella.
Había asesinado a su hermana, así como había estado asesinando a los animales de las granjas últimamente.
Quería estar en su lugar, quería ser ella la que se desangraba con lentitud en el suelo. No quería este poder, no quería esta sensación en su cuerpo, estaría preparada para morir después de su acto atroz pero en vez de eso, algo extraño sucedió y el deseo de Karla se hizo realidad.
