003.

13.9K 1.2K 1.1K
                                    



' the book '

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

' the book '

Nora se levantó esa mañana decidida a seguir los consejos que Klaus le había dado durante toda la noche. Estaba lista para poner a Cinco en su lugar.

Bajó quince minutos tarde al entrenamiento.
Se pintó los ojos de negro como Klaus solía hacerlo a escondidas y se amarró el cabello rubio, su vestimenta era un short de jean bastante corto con unas medias de maya negras, la blusa era negra y de tirantes, de zapatos traía una botas negras que Klaus le había prestado.

"Si vas a ser una perra, tienes que lucir como una" recordó la voz de Klaus mientras le entregaba las botas anoche.

Cuando llegó al patio trasero de la mansión, vio a Cinco aguardando con un paraguas bajo la lluvia. Tenía en su otra mano el mismo libro que la mañana de ayer y estaba tan concentrado que no se dió cuenta de la presencia de Nora. Ella cruzó el patio bajo la lluvia, no le importó mojarse.

Se detuvo frente a él. Cinco ni siquiera la miró, seguía leyendo su estúpido libro.

—Llegas tarde. —dice sin más, aún sin quitar la vista del libro en su mano. Nora solo hizo un sonido con su boca, como dándole la razón pero demostrando que le importaba muy poco haberlo hecho.

—¿Vamos a empezar o qué? —soltó Nora cansada de que Cinco ni siquiera se había inmutado en mirarla. Tampoco hizo caso a sus palabras así que le arrebató el libro.

Cinco un tanto asombrado pero sobre todo ofuscado, frunció sus cejas y por fin volteó a mirarla. Se dió cuenta que no llevaba paraguas, estaba totalmente emparamada. Y no solo eso, traía un nuevo look.

El cabello recogido, el maquillaje negro alrededor de los ojos que ahora estaba regado por toda su cara, la vestimenta bastante vulgar y esas botas horrendas.

—¿Qué?, ¿ahora eres gótica o Emo? —se burló. Nora sonrió cínicamente y lo miró con rudeza. —Devuélveme el libro, lo estás mojando niñita.

Nora se enojó.

—No soy una niñita ahora. —no le obedeció a Cinco, incluso, hizo ademán de abrirlo.

—¿No? Bueno, así pareces una. —la miró de arriba para abajo. Trató de arrebatarle el libro pero ella fue un poco más rápida y ella sonrió victoriosa.

—Que lento es usted, señor perfecto. —le dijo por fin. Cuando intentó nuevamente arrebatarlo de las manos de la rubia, el paraguas resbaló de sus manos y el libro salió disparado hacía un charco de agua.

Ambos quedaron tumbados en el suelo, Cinco casi encima de Nora y en seguida estaba totalmente empapado. Gruñó frustrado, su estúpida hermanita lo había hecho caer y empaparse, tras de eso, arruinó su única guía confiable sobre los viajes en el tiempo.

Nora empezó a reír a carcajadas, haciendo enojar aún más a Cinco.

—¡¿Estás idiota o qué?! —gritó exaltado viendo el rostro achinado de su hermana bajo él. Seguía sin parar de reírse.

—Tu cara... —rió. —Tu cara fue épica. —siguió riéndose de él.

—¿Tienes cinco años Nora? —dijo demasiado severo. Estaba más que enfadado. —Te comportas como una niñita fastidiosa, acabas de arruinar algo que es importante para mí. —se levantó por fin del suelo.

—Pueden comprarte otro estúpido libro Cinco, que exagerado. —se levantó también del suelo y empezó a temblar del frío. Cinco se agarró el cabello frustrado, soltando quejidos molestos una y otra vez.

—Ese libro era el único que podía darme respuestas, ¿lo entiendes ahora? —Cinco recogió el libro arruinado del charco de agua y se teletransportó sin dejar que Nora se defendiera o le pidiera disculpas por ello.

La rubia subió a su cuarto empapada y se dio una ducha caliente, pensaba en que tal vez si era algo importante para él y lo había arruinado.

Después de cenar, Nora esperó impaciente a que todos se fueran a dormir y salió en puntitas hacía la habitación de Cinco, esperando que la perdonara por su libro y que también entendiera que no había sido totalmente su culpa.

toc, toc, toc.

—Ya te dije Ben, no quiero ver fantas... —dijo mientras abría la puerta del cuarto, pero se detuvo al ver a la chica con su pijama holgada frente a él. —¿Qué quieres Nora? —dijo mientras se recostaba en el marco de la puerta.

—¿Puedo entrar? —él no respondió. —¿Si? Ok. —se invitó sola y pasó casi por encima de Cinco. Él solo viró sus ojos en forma de desaprobación total a este acto de su hermana.

—No me gusta que entren a mi habitación, ¿lo sabías? —dijo mientras Nora recorría la habitación con la mirada. Nunca había estado ahí adentro y todo era tan él, cada rincón, cada mueble, cada pared. Era como un niño con alma de señor.

—No lo sabía. —rió e iba a sentarse en la cama pero él negó rápidamente haciendo que se sentara en una silla de madera.

—¿A qué viniste? —se cruzó de brazos esperando rápido su respuesta para que ella se fuera de ahí ahora mismo.

—A pedirte disculpas. —Cinco sonrió cínicamente.

—Con disculpas no me devolverás el libro. —dijo serio y demasiado exasperado por el tema.

—Lo se, pero yo no quería arruinarlo. O bueno, tal vez si quería, no lo sé. El punto es que no sabía que era tan importante para ti. —soltó la rubia balbuceando. Estaba nerviosa, pedirle disculpas a un odioso y engreído, era difícil.

—Bien. Disculpada, ahora vete. —Nora sonrió alegre.
Y por inercia lo abrazó. Cinco quedó sorprendido ante tal acto, jamás lo había abrazado o bueno, no siendo grandes. Su corazón se aceleró un poco y por el miedo de que ella lo sintiera, la empujó levemente.

—Auch. —Nora soltó en broma riendo un poco. Cinco se puso serio, silencioso y sacó a rastras de la habitación a Nora. —Buena noches para ti también. —dijo ella cuando Cinco le cerró la puerta en la cara.

"Es tan raro". Pensó.

Bad Girl | Number Five.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora