7 - Final

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Los días de Sabbat habían concluido, a través de su ventana podía divisarse la oscura noche del sábado, la cual era eclipsada por las luces de la cuidad. Esos dos días lo ayudaron para pensar todo y decidir que hacer. Debido a que el día anterior se ausentó de clases estaba preocupado por las actividades a realizar, pensó en hablarle a Temo, pero estaba seguro de que no le respondería, ya buscaría a otro compañero para pedir los deberes y saber los temas que vieron en clases.

Merendó algo ligero y se dio una ducha rápida, se colocó su pijama y se dispuso a acostarse, tomó su teléfono para revisar sus redes sociales antes de dormirse, bajaba por el feed de su cuenta, viendo las fotos que compartían sus compañeros, algunos amigos y familiares hasta que llegó a una que lo hizo levantarse, cambiarse de ropa y salir rápido de ahí.

҉

Aris y Temo se encontraban en la sala viendo una película con Arqui, era el único día en que podían dedicarle tiempo completo al pequeño, así que por esa ocasión se quedaba con ellos y lo dejaban dormir hasta tarde. Estaban bastante entretenidos con aquella película animada, hasta que fueron interrumpidos por el timbre de su casa. La pareja se miró mutuamente, extrañados porque alguien tocara a esa hora. Fue Temo el encargado de atender, ya que Aris tenía a su hermanito recostado en sus piernas, imposibilitando el moverse. Al abrir la puerta el castaño notó al alto chico, molestándose al instante.

— ¿Qué haces aquí? — Decía molesto Temo cruzando los brazos. —¿No es algo tarde para visitas?

Mateo solo tomaba aire para tranquilizarse y no discutir con Temo.

—Necesito que me digas donde esta Diego.

— ¿Por qué te lo diría? Según tengo entendido él no quiere verte — respondía retador.

El judío hacía un gran esfuerzo por mantener la calma, ya que era bien sabido eso no era su fuerte.

—Solo dime donde esta ¿de acuerdo? Necesito hablar con él.

—No lo haré... además ¿no crees qué ya es algo tarde para hablar? Lo que sea que tengas para decirle puede esperar a mañana...

Mateo estaba a punto de responder cuando escuchó sonar su teléfono anunciándole la llegada de un mensaje, lo revisó y se extrañó al ver quien era el remitente.

—Te acabo de enviar la ubicación de Diego, ahí podrás encontrarlo— Se escuchaba la voz del oaxaqueño atrás de Temo.

Este último al escuchar las palabras de su novio se giró a verlo molesto. Exigiéndole con la mirada una explicación. El rizado solo levantó los hombros restándole importancia.

—La verdad prefiero que este con Mateo a no saber con quién se encuentra— decía el foráneo con simpleza — ¿o acaso tu prefieres no saber dónde ni con quien esta?

Aquella pregunta hizo pensar a Temo, su novio tenía razón, estaba preocupado por su amigo y la opción que le daba su novio era la que parecía más viable.

—Está bien... —dijo Temo aun algo dudoso.

Por su parte Mateo revisaba aquella dirección, para su serte ya había estado antes ahí, aunque no le agradaba mucho la idea.

—Gracias Aristóteles, te debo una.

—A partir de ahora lo que le llegue a pasar a Diego es tu responsabilidad, así que más te vale encontrarlo —advirtió el rizado.

Mateo solo asintió, sin más que decir salió de ahí y fue directo a su auto.

Se estacionó a unos cuantos metros de aquella casa que indicaba la ubicación de Diego, no fue difícil ubicarla pues la fuerte música que se escuchaba le facilitaba la tarea y lo agradecía, pues a pesar de ya haber estado ahí no recordaba muy bien el lugar. Ahora se preguntaba si lo dejarían entrar, pues no había sido invitado.

Abstinencia [Matiego]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora