— ¿Entonces estás diciendo que Naruto desapareció?
En la torre del Hokage, el actual séptimo Hatake Kakashi suspiró por un decima vez, delante suyo su antiguo equipo 7 y demás estaban parados con una sombría cara. Ya habían pasado una semana de la desaparición de su alumno y sucesor, la misión hacia el país del hierro dejó varias perdidas luego de ser envoscados por Samuráis rebeldes.
Entre las perdidas, Uzumaki Naruto lider del equipo Kitsune habría desaparecido en misión.
— Hokage-sama, si me permite preguntar...—Shikamaru dio un paso adelante —podríamos decir que Naruto solo fue clasificado como desaparecido y no muerto. ¿En qué se basa para decirlo?
— No estoy seguro. Pero luego de que esa luz apreciera de la nada, Naruto fue tragado sin más. He mandado a anbus en una misión de rastreo en el lugar que por última vez fue visto. Nada se encontró. Mis sabuesos han perdido su aroma, y no hay más pista que la luz desvaneciente que todos los integrantes de ese momento pudieron ver.
— Así que está diciendo que muerto no puede estar, porque no hay sangre...
Kakashi asintió serio.
— Eso es lo que es, Shikamaru.
El joven Jounin también asintió de acuerdo. Y el alivio se bañó en su cansada mirada.
¡Pum! ¡crack!
Kakashi suspiró otra vez. El ruido de un puño chocando sobre su escritorio y siendo partido segundos después se escuchó de golpe, sobresaltado a algunos en la oficina.
Cerró sus ojos con cansancio.
Abriéndonos una vez más, sus ojos grices se encontraron con unos duros ojos negros.
— Sasuke, no puedes golpear mi escritorio cuando quieras desatar tension.—dijo suavemente Kakashi.
Inclinandose un poco, y apoyando su peso sobre la silla con respaldo dejó pasar la impertinencia que los actos hasta ahora eran una inexcusable para el tratamiento del Hokage, y sin dar el regaño que merecía solo dejó que la furia contenida de su alumno se calmara, dando paso al problema actual.
Sakura con ojos rojos y lágrimas contenidas se acercó a su pareja y tiró de él para alejarlo del escritorio partido en dos luego que fuera golpeado con la palma de Sasuke.
— Sasuke-kun, por favor, detente. Debes calmarte y seguir escuchando.
El nombrado no se movió ni un tramo, sus ojos de onix seguían pegados a los grices del hombre que fue una vez su maestro.
Las manos fragiles tiraron de su capa, y la voz pequeña casi en un hilo de voz de Sakura lo llamaban insistentemente.
Parecía que en cualquier momento la pelirosa lloraria.
Ella misma estaba ahí cuando todo ocurrió. Y una y otra vez se repetían en su cabeza.
Si solo hubiera corrido más rápido para alcanzarlo. Si solo fuera más fuerte para que en ese momento Naruto no hubiese tomado la decisión de ser la carmada. No hubiera desaparecido envuelto en aquella extraña luz.
Ninguno tenía la idea que un nuevo enemigo podría volver desde las sobras y tomar la forma de Samurais rebeldes, alcanzandolos en números y rodeandolos antes de llegar al País del Hierro.
Samuráis más poderosos de los que podrían admitir, con golpes y destreza más allá de lo que un shinobi podría creer ver en aquellos hombres en su estilo de lucha distinto al del ninja convencional. Y la adición de un ninja sumamente peligroso.
.
.
."Muy bien, por ahora acamparemos aquí mientras la fuerte ventisca se calma."
Kamashi, quién iba con sus escoltas a su lado en el Kago* se inclinó a través de la tela que tapaba su visión sobre el camino.
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«𝘌𝘭 𝘩𝘦́𝘳𝘰𝘦 𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢 𝘴𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢 𝘭𝘦𝘫𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘴𝘢.»
Fanfiction. . . . Había tantas cosas por las que Naruto había batallado en el pasado. Una parte sensible de su lago mental parecía vivir apaciguado aunque se mantenía estancado por capricho. Era un sentimiento oscuro y tormentoso que parecía vivir en el fondo...