¿Qué harías por un millón de dólares? ¿Serias la pareja de alguien? ¿Te pondrías a la merced de cualquier alfa?
Términos del contrato: amante durante un mes.
Salario: un millón de dólares.
No se precisaba experiencia...
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—¿Qué es lo que ha dicho? —Niall se echó a reír—. ¡Debe de estar loco! —exclamó, estupefacto.
—Te aseguro que estoy hablando muy en serio.
—¿Pero, su novio? ¿Quién usa esa palabra hoy en día? Además, estoy seguro que los chicos no le van.
—¿Prefieres que utilice la palabra «amante»?
—¡No! Mire, no sé por qué le ha dado la impresión de que iba a decir que sí a una proposición tan disparatada, pero me temo que se ha equivocado por completo, señor Malik —le dijo con ironía—. Lo siento mucho, pero voy a tener que rechazar esa generosa oferta.
—Llámame Zayn, por favor.
Niall miró hacia la puerta por encima del hombro, impaciente por salir de allí.
—¿Y por qué iba a necesitar un falso amante un alfa como tú? No tiene sentido.
Él se encogió de hombros.
—A lo mejor no me gusta que piensen que estoy disponible.
—A lo mejor deberías poner un anuncio o algo así —volvió a mirar hacia la puerta, deseando salir corriendo—. ¿Cuándo van a traer mi mochila? Quiero irme.
—Piénsalo, Niall. Es un montón de dinero. ¿Seguro que vas a dejar que se te escape?
—Estás loco. Mírame, por favor —le dijo, extendiendo los brazos a ambos lados en un gesto de impotencia—. Soy un sirviente. Limpio baños y cubos de basura, tengo las uñas destrozadas y las manos en carne vida para demostrarlo. Soy omega, de baja altura y jamás en mi vida he pasado por guapo. ¿Y me propones que finja ser tu amante? ¿Quién se iba a creer algo así? Pensarían que te has vuelto loco y tendrían razón.
Él levantó una ceja y se acercó un poco más.
—Creo que te estás infravalorando —le dijo, encogiéndose de hombros.
¿Infravalorando?
Niall se preguntó de qué planeta había salido aquel hombre.
—¡Pero de qué planeta vienes tú! ¿Por qué yo? Podrías tener a cualquier persona en este mundo —exclamó, levantando los brazos—. De hecho, probablemente ya las tengas.
—Exactamente. Y es por eso que no quiero a cualquier persona de este mundo.
Estaba tan cerca que podía apreciar las copiosas pestañas que adornaban sus expresivos ojos miel; lo bastante cerca como para ver cómo se le dilataban las pupilas al extender la mano para tocarle la mejilla con las puntas de los dedos.
—Te deseo a ti.
Niall sintió que se le paraba el corazón. Trató de apartarse, pero fue demasiado tarde. El sutil tacto de su mano lo hacía estremecerse de pies a cabeza.
