¡Que molestia! ♡Shikasaku♡

Vigésima Molestia

La segunda noche sin la presencia de Shikamaru en el club le preocupó, se dijo a si misma que la tercera era la vencida pero... ¿y si ya era demasiado tarde?. Sin importarle las palabras de Ueno Yamichi, salió del club en busca del ninja después de la hora de cierre.  Ueno estaba empeñado en que si salía, debía regresar a tiempo para trabajar. Sakura ni le respondió, se puso una falda de mezclilla y una blusa de tirantes amarilla con unas simples sandalias, lo primero que encontró a la mano antes de salir. Shikamaru solo le dijo que estaba en una posada a unas cuadras de Akayume pero...¿Dónde exactamente? La pelirosa se la pasó buscando en cada posada alrededor del club que estuviera en un radio de una milla. Y lo encontró cuando estaba a punto de darse por vencida, le fue difícil ya que usualmente en misiones ocultan su chakra por lo que cuando la anciana le dijo que el guapo residente de pelo puntiagudo en una coleta alta estaba allí, no perdió el tiempo. Corrió hasta el segundo piso y tocó la puerta tres veces, nada. La puerta tenía seguro por lo que se vio obligada a usar su chakra para abrir la puerta... rompiendo la chapa. Una vez adentro cerro la puerta tras de ella, todo estaba oscuro, no había ninguna luz ¿Shikamaru estaba aqui? Entonces lo sintió, alguien la acorraló contra la puerta y puso una kunai contra su garganta, reconoció la colonia tan familiar, era él.

"Shikamaru."—El metal contra su cuello dejó de hacer presión, una mano se aferró a su cintura y dejó caer su frente sobre su hombro, cosa que la alarmó, estaba hirviendo.—"Por Kami ¿Estás bien?"

No recibió respuesta por lo que se echó un brazo sobre sus hombros y encendió la luz después de tantear la pared por varios segundos. Divisó la cama justo en frente de ellos por lo que lo llevó hasta a ella y lo acostó con cuidado. Entonces lo vio, su rostro estaba sudoroso, su torso desnudo con una cortada al lado poco profunda pero necesitada de cuidadosos médicos. También tenía moretones, estuvo en una pelea. Estaba por decir algo hasta que se desmayó, dejando caer su cabeza sobre la almohada como peso muerto. Sin dilaciones  pone manos a la obra, se sienta a su lado y con su chakra médico comienza a trabajar uniendo el tejido. Alguien lo había atacado, quiere preguntar quien y por qué pero es obvio que no puede responder, tiene una infección y su cuerpo está intentando contrarrestarla con fiebre.  Después de varios minutos trabajando en él, decidió que era suficiente. La herida estaba cerrada, tan solo faltaba bajar su fiebre. Se levantó de la cama y se encaminó al baño, allí había una toalla la cual mojó con agua fría del grifo. En el lavabo, había manchas de sangre, una botella de alcohol vacía y gasas usadas. No se detuvo a intentar saber que fue lo que hizo, tan solo regresa para poner la toalla sobre su frente.

Está enojada, triste. Un revoltijo de emociones comienzan a resolverse dentro de ella como un remolino en medio de una tempestad. ¿Quien le había hecho eso? ¿era su culpa? Ella fue quien le pidió que investigara el Golden Rose. Llora silenciosamente, no puede hacer nada, solo esperar a que se despierte. Decide desabrochar su pantalón y quitárselos, igual que sus zapatos. También se toma la libertad de desaparecer cada moretón en su cuerpo para ahorrarle el dolor cuando despertara, inconscientemente toma su mano izquierda y la acuna entre sus dos manos mientras solloza. Si no hubiera venido esta noche a buscarlo, estaría en serios problemas. ¿Cuanto tiempo llevaba aquí, herido y escondido? No podía seguir viéndolo así, estaba a punto de levantarse para sentarse sobre el suelo pero la mano de Shikamaru la detiene, su agarre es débil pero fue lo suficiente para detenerla.

"No te vayas." Ella niega inmediatamente limpiando una lágrima solitaria cayendo de su ojo derecho.

"No me iré a ningún lado." Él la suelta, con esfuerzo se recorre a la derecha y extiende su brazo indicando que se acueste con él. No se niega ¿como podría? Se sienta sobre la cama y con delicadeza se acuesta a su lado para colocar su cabeza sobre su hombro con cuidado. Puede sentir como se aferra a ella, no queriendo dejarla ir.