Poseidón Adler es considerado muchas cosas, entre ellas... El perfecto de los tres hermanos.
Estudioso, amable, empático y sincero.
Siempre trata de no dañar a nadie y de ayudar a todos.
¿Qué pasará cuando los desafíos que le esperan lo transforma...
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¬ El Inicio ¬
El ojiazul caminaba por última vez por los pasillos de su secundaria. Sonreía a todos con aquella toga de recién graduado y abrazaba a algunos de sus amigos en el camino.
La sensación de nostalgia flotaba en su interior, la secundaria de East Concord lo había recibido durante 14 largos años y habían sido los mejores de su vida.
Le emocionaba la universidad y conocer más personas, pero una parte de él siempre pertenecería a esa secundaria.
Chocó con una menuda castaña y se sonrojó mientras la ayudaba a recoger sus cosas.
- L-lo siento. — musitó con nerviosismo.
La chica le sonrió ampliamente.
- Todo bien, tranquilo. — contestó ella.
El asintió sonrojado y se preparaba para avanzar cuando la chica lo detuvo.
- ¿Eres uno de los hermanos Adler, verdad? — preguntó con una ceja alzada.
El asintió sonrojándose.
Ella sonrió con una mueca que él no alcanzó a descifrar.
- Ten. — susurró escribiendo en su mano. — Es mi número. — comentó ella.
Seid se había sonrojado muchísimo y cuando Hermes llegó a su lado lo notó de inmediato.
- Estás ligeramente sonrojado, Seid. — musitó el rubio.
- Va, ¿Crees que no siento mis mejillas arder? — susurró avergonzado.
Hermes palmeó su espalda.
- Está bien, te ves adorable. — dijo guiñándole un ojo.
Ambos se habían graduado ese día, pero Hermes no se sentía tan emocionado, al fin y al cabo su experiencia había sido muy distinta.
Llegaron junto a Zeus, Hades y Raven.
- Déjame adivinar... Alguien te miró dos segundos y tú cara estalló. — bromeó con diversión el mayor.
Hades largó una carcajada y Raven golpeó suavemente el pecho de Zeus.
- No fue así, chispitas. — contestó Seid mirando el suelo.
Raven tomó su mano y entonces vio los números escritos.
- ¡Wow! Conquistando chicas y vas de salida. — dijo Raven sonriendo.
