Poseidón Adler es considerado muchas cosas, entre ellas... El perfecto de los tres hermanos.
Estudioso, amable, empático y sincero.
Siempre trata de no dañar a nadie y de ayudar a todos.
¿Qué pasará cuando los desafíos que le esperan lo transforma...
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¬ Reunión ¬
La preocupación se extendía por mi pecho, observarla en la cama tendida no era lo usual. Sus ojos azules estaban en blanco aún y no emitía palabra alguna, junto a ella un cabello pelirrojo adornaba la cama, en el mismo estado que la primera.
Zeus reposaba en la otra silla, nervioso, expectante.
Kat y Pri se habían desmayado al mismo tiempo sin explicación aparente.
El cadáver estaba colgado en los baños de las chicas. Una chica de mi promoción había sido encontrada con la columna fuera de su cuerpo, colgando en dirección contraria.
Su nombre era Abigail.
Suspiré frustrado, llevaba mas de doce horas ahí y ninguna de las chicas había despertado.
Bajé las escaleras y encontré a Raven con la mirada perdida sentada en el regazo de Hades.
Me sintió antes de que dijera alguna palabra y se levantó a abrazarme.
- Todo esto es demasiado extraño... —susurró mi cuñada.
Asentí silencioso.
Observé por la ventana y pude ver a mi madre, a papá y a Hermes hablar serios.
«Tenemos que convocar una reunión.» dijo mi mamá por telepatía.
En ese momento no parecía la mujer joven y hermosa que siempre veías pasear por la tienda de la familia. Su ceño estaba fruncido, su cabello desordenado y sus ojos emitían un aura extraño.
Zeus llegó a mi lado con una rapidez inusual.
«¿Una reunión?» preguntó preocupado.
"Llamaremos a todos los gardiens del país. Esto se parece a la última vez." respondió mi papá nervioso.
- Necesitaremos más que esa información. — dijo Raven con el ceño fruncido. — Si algo está pasando creo que merecemos saber. Después de todo, hace unos meses las cosas se resolvieron gracias a nosotros.
Hades y yo asentimos de acuerdo, pero Zeus y Hermes se miraron de una forma que no supe descifrar.
¿Ellos sabían que estaba pasando?
Cuando traté de entrar en la cabeza de Hermes sólo pude distinguir un gran castillo, me estaba bloqueando.
Miré al rubio con la mandíbula apretada y se removió incómodo.