Cuando vuelvo a abrir los ojos, lamento haberlo hecho, y no solo porque mi cuerpo duele, sino porque me observan tres personas, y por solo una especial, habría preferido despertar en una sala de urgencias que en mi propio cuarto.
—¿Explícame qué demonios fue lo que te sucedió?
Me esfuerzo por mover el cuerpo y Dios, como arde un lado de mi torso, trato de omitir la voz gruñona de mi hermano y me lamento por tener que aparecer precisamente aquí.
—Anna —gruñe—, necesito saber qué ha sucedido si no quieres que llame a Charlotte ahora mismo.
—Detente —Liam se levanta de forma intrépida y si bien es completamente extraño que esté aquí, me agrada su presencia que trae calma—. Ya te he explicado lo que sucedió, ella necesita descansar no que la llenes de preguntas.
La mirada gélida de Thomas se posa un instante sobre Liam, solo uno, pues en seguida me observa a mí.
—No es nada, Tom —digo antes de que el asunto se vuelva aún más complicado.
—¿Llegar a casa golpeada y desmayada es nada?
Suspiro, quisiera moverme pero sé que debo estar muy malherida y lo mejor es que Thomas no note los magullones porque descubrirá lo grave que llegó a ser el asunto.
Liam vuelve a sentarse junto a mí, su mano descansa sobre mi muñeca y acaricia la piel un poco lastimada. Me agrada él, me agradan cada uno de sus gestos.
Vuelvo mi vista al problema principal, Thomas.
—Me vi envuelta en un tonto problema de una fiesta —digo restándole importancia—. Las cosas terminaron un poco mal, pero no es nada grave, así que gracias por la preocupación.
—¿Por qué no me llamaste? —Dice y su voz es todo lo lejano a ser amable—. Y ¿qué mierda hacías fuera de casa a estas horas de la noche?
Dios, me duele la cabeza y muchas zonas de mi cuerpo que no quiero mirar ahora. Desearía dormir en un sueño profundo bien lejos de este embrollo, pero temo que no puedo dejar las cosas así, y tampoco puedo mostrarme débil.
—Lo que yo haga no es de tu incumbencia. Eso es todo lo que te puedo decir, ahora vete.
—¿Eso es todo? —inquiere y mira hacia otro lado exasperado, veo como muerde sus labios, muy molesto—. Tienes razón, no deberías importarme. Después de todo siempre hemos sido así, hermanos que han vivido vidas absolutamente diferentes.
Las palabras de Thomas son ciertas, en nuestra vida el dinero siempre fue la fuente para solucionarlo todo y tras la muerte de nuestros padres crecimos separados, la verdad es que vivíamos en la misma casa enorme, pero al mismo tiempo estábamos muy lejos el uno del otro. Yo era una niña mimada a la que le obsequiaban todo Crecimos separados, viviendo en el mismo hogar pero al mismo tiempo muy lejos el uno cuya única preocupación eran las muñecas y los vestidos de etiqueta. Pasaba mis días en centros de estética y estilitas, mientras a Tom lo obligaban a estudiar, no le permitían tener amigos y todo porque él debía ser un hombre fuerte y audaz para sostener el apellido de la empresa.
ESTÁS LEYENDO
Florecer
RomanceMuchos creen que el dinero puede comprarlo todo, piensan que vivir entre los lujos puede hacer la vida más feliz, sin embargo ni la suma de dinero más grande, puede borrar hechos del pasado, ni hacer germinar un corazón marchito. Belle Nottingham t...