capítulo 7

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Sonrió al ver todo listo. Su arduo trabajo había valido la pena. Hoy los dos celebrarian sus cumpleaños. Decidieron hacerlo el mismo día ya que sus cumpleaños quedaban muy cerca, y así ahorraban dinero. Miró a Boruto muy concentrado barriendo asi que decidió acercarse. 

— Boruto...— Lo abrazó desde atrás. Al parecer eso lo tomó por sorpresa ya que pegó un pequeño salto al sentir los brazos de Sarada.

— ¿Qué sucede?— Se volteó y la agarró de la cintura. Pensó en lo hermosa que se miraba ese día. Y como si fuera la primera vez que la miraba, sintió mariposas en el estómago. 

— Te ves algo distraído.— Afirmó. Casi todo ese día, Boruto había estado algo distraído. Más que en otros días. 

— Estaba pensando en tí.— Pudo ver el sonrojo de Sarada. Aún no se acostumbra a este nuevo y muy tierno Boruto. Habían pasado solo dos semanas desde que el chico decidió cambiar. Lo llevaban lento. Tenían citas, entrenaban juntos de nuevo y nada de sexo. Eso era un récord para Boruto. Se acercó mas al rostro de Sarada, estaba a punto de besarla. 

— ¡Sarada!— Esa voz los hizo separarse al instante. Aún casi nadie sabía de su relación. Se tranquilizaron al ver que era Himawari.— Tu madre dice que es hora de que vayas a arreglarte.

— Claro ya voy.— Le dió un beso de despedida a Boruto y se fue. Himawari era una de las pocas personas que estaba enterada de la relación de esos dos. Aunque el como se enteró era aún un misterio. Su hermana estaba a punto de entrar a casa cuando se tuvo que sostener de una de las sillas. Había tenido un fuerte mareo.

Corrió a agarrar a su hermana para evitar que se cayera. La llevó a la cocina y le sirvió un vaso de agua mientras ella se sentaba. — ¿Estás bien? 

— Si tranquilo, solo fue un mareo.— Bebió el vaso de agua. 

— Es porque duermes tanto que no comes.— Escuchó a su madre hablar mientras bajaba las escaleras. Se acercó a la chica para ver si estaba realmente bien.— Debes cuidarte o te aseguro que esos mareos seguiran. 

— No es para exagerar.— Odiaba los sermones de su madre. Aunque sabía que era porque estaba preocupada. 

— ¿Sabes si papá va a venir?— Hinata pudo sentir las miradas de sus dos hijos en ella. 

— ¿Crees que se perdería el cumpleaños 18 de su hijo?— Trató de darle ánimos a los dos presentes. 

— Se perdió nuestros dos últimos cumpleaños...

— Si lo se, y prometo que no volvera a pasar.— Esa voz. Sus miradas se dirigieron a la puerta. Ahí estaba Naruto sonriendoles.

— ¡Papá!— Los dos corrieron a abrazar a su padre. La relación de ellos había mejorado un poco. Aunque Boruto todavía se sentía extraño con él.  

— Este lugar les quedó hermoso. Me siento mal por no haber podido ayudar.— Dejó los regalos a un lado y se dedicó a mirar la hermosa decoración de la casa. 

— No hay problema, tuvimos ayuda de sobra.

— Si es verdad, hasta Sasuke estuvo aquí. Se acaban de ir para alistarse.— Sonrió al escuchar aquello. Todo este tiempo pensó que Boruto tenia algo en contra de Sasuke pero habló con tanta naturalidad de él que le dio nostalgia ya que recordó el tiempo en que Sasuke entrenaba a Boruto. 

— ¿Y ustedes qué esperan? Vayan a alistarse.— Ordenó, a lo que los chicos asintieron y subieron a sus habitaciónes.
— Tu también deberías ir, yo me encargo del resto. 

— Gracias, Naruto-kun.— Le agradeció y subió tambien a su habitación. 

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Se miró en el espejo una vez mas. Estaba encantada con lo hermoso que se miraba ese vestido en ella. Llevaba un largo vestido negro con un poco de rojo que aparecía gradualmente al llegar hasta abajo. Lo combinó con un chaleco negro que tenía el logo del clan uchiha muy visible. Su peinado era simple, una coleta alta pero con algunos mechones cayendo en su rostro. Tampoco se había maquillado mucho, solo un poco de labial rojo y un sombreado en sus ojos. Aunque sus lentes le tapaban un poco.

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