Capítulo 3

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—¿Que si necesitas los veinte que has perdido?— digo nuevamente.

—Ah, em no gracias por la oferta pero no puedo aceptar— dirige su mirada al teléfono que tiene en manos y reanuda su marcha.

—¿Pero y si, sí?— insisto. No sé porque rayos se me ocurre andar ofreciendo dinero a desconocidos, cuando eso es lo que me hace mucha falta para huir de este lugar tan podrido.

—¿Pero y si no?— contesta desafiante mientras se detiene y se gira para verme —¿además, como sabes que necesito esos veinte dólares?... oh.— la pena aparece en su rostro.

—Te delatas muy fácilmente— sonrío levemente, saco un par de billetes y se los arrojo, el los atrapa con poca agilidad.

—Lo supe porque cuando te estuve observando sucedio eso, el billete se coló del bolso de tu chaqueta y aterrizó en el suelo en la nieve. Te habría dado aviso pero por suerte lo notaste.

—¿Llamas suerte el que, no me haya dado cuenta que deje caer el dinero, y no sólo eso sino que también, lo dejé volverse papilla? mmm pues que suerte la mía entonces.— ironizó. A mi realmente me gustaría tenerla.

—Para mi lo es, no le veo ningún sentido el que le des poca importancia a tu suerte, se ve que la vida te trata como a su hijo consentido.

—¿Disculpa?— interrumpe ofendido.

—Que tu jamás corriste con la misma suerte que yo, tú jamás ... olvidalo. He hablado mucho por hoy, suer... que te vaya bien con tu regreso a casa. Adiós

—Gracias, prometo que si te veo alguna otra vez te devolveré el favor— me ofreció una sonrisa sincera, y no me di cuenta que yo la estaba correspondiendo.

—No es nada— dicho esto ambos nos retiramos en direcciones opuestas.

                                ...



¿Qué es esa "cosa" en aquella habitación?

¿Quienes son esas "cosas" en esa habitación?

¿Quién es la "cosa" que está a punto de morir en aquella habitación?

Es muy obvio.

La "cosa sin sentimientos"

La infeliz figura de una persona en busca de respuestas, la infeliz figura de alguien desesperado por encontrar una salida de ese laberinto, de esas personas, de esos callejones, de ese lugar, la infeliz figura que se encuentra en busca de una cura para aquello que no sana facilmente o que no sanará jamás, esa infeliz figura de alguien "sin sentimientos", se desmorona poco a poco en ese lugar, en silencio, al lado de alguien sumamente importante para él, acompañado por una avalancha de ilusiones y sueños rotos, acompañado solamente por la oscuridad de su alma, de su mente, de su corazón.

Como si el mundo, su mundo.

Se hubiese paralizado...

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