ᴇxᴛʀᴀᴄᴛᴏ Qᴜɪɴᴛᴏ

584 84 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

.

𝒯𝒽𝑒𝓇𝑒'𝓈 𝒪𝓃𝓁𝓎 𝒪𝓃𝑒 𝐵𝑒𝒹

.

Armin a veces —cuando la realidad puede más que él, cuando le pesan demasiado los brazos y las rodillas se le doblan— olvida por qué hace lo que hace. Por qué lucha, por qué no corre, por qué. Lo olvida porque "quizás es que no vale la pena, quizás, quizás, quizás".

Luego oye gritos, oye celebraciones y hay golpes en su espalda; lo hicimos, Armin. Joder lo hemos hecho. Y recuerda entonces un poco de ese por qué. 

A veces, cuando olvida el futuro que anhela, se concentra en el pasado, porque es lo único cierto. La muerte de sus padres; Eren; Mikasa; Eren y Mikasa; Eren, Mikasa y Armin; titantes; Shiganshina; su abuelo; Tropa de Reclutas 104. Tropa de Reclutas 104, siempre, porque Armin ha vivido mucho en poco tiempo, y los recuerdos felices escasean en un mundo como el suyo. La Tropa de Reclutas 104 y el entrenamiento de maniobras antes del amanecer. La Tropa de Reclutas 104 y los gritos de Shadis mañana, tarde y noche. La Tropa de Reclutas 104 y las noches en vela jugando, hablando, soñando. La Tropa de Reclutas 104 y Jean. Y recuerda entonces un poco de ese por qué, de ese por qué estoy aquí y se da cuenta. Armin lucha porque quiere ver el mar, lucha por Eren, lucha por Mikasa. Armin lucha por todos sus compañeros. Armin lucha por Jean. Armin lucha por Jean porque Jean lucha por ellos y alguien debe hacerlo por él y ese es siempre Armin.

Armin y Jean, Jean y Armin. Raro pero eficaz. 

Y Armin, prodigio de la memoria, tiene tantos recuerdos de Jean que se le embota la mente. Lo recuerda en pijama y la cara sin lavar, a los doce años, cuando se quedó dormido el primer día de entrenamiento. Lo recuerda a los trece, blandiendo una toalla en una batalla campal contra Reiner en las duchas. Lo recuerda a los catorce, cuando le cambió la voz en mitad de un entrenamiento cuerpo a cuerpo y se quedó tan pasmado que Eren lo derribó sin esfuerzo.

Lo recuerda a un paso de los quince, en su última noche como reclutas, antes de la ceremonia de gradación. Todos juntos. Sin Marco. Casi sin Jean, tan ausente que Armin llegaba a pensar que si intentaba tocarlo, podría atravesar su imagen. Las camas juntas, compartidas, y Armin con su mirada clavada en la nuca rapada de Jean a través de la oscuridad y los ronquidos de una tropa de adolescentes. Jean no dormía, Armin tampoco. Jean no sentía latir su propio corazón, el de Armin lo hacía por los dos. Rápido, furioso.

Armin, el siempre cuidadoso, el siempre precavido, acompañante silencioso en el dolor de alguien que ha perdido una parte de si mismo. Jean había perdido a Marco, y parecía no querer luchar para evitar perderse a si mismo. Y ahí es donde Armin se da cuenta: que Jean siempre ha luchado por ellos pero que nadie lo hace por él (no más, no sin Marco). Y Armin tiene que luchar ahora por él porque no quiere que se pierda.

Le toca la espalda, fría la piel a través de la tela, y Jean se tensa. Armin no dice nada, pero el calor de su mano habla por él "Estoy aquí Jean, yo sigo aquí, no estás sólo, no voy a dejarte". La figura de Jean, que parece más pequeña encogida entre las mantas, tiembla un poco y a Armin le llega el olor de la sal, de la tristeza, de las lágrimas silenciosas. Apoya su frente en el espacio entre los hombros de Jean, y le hace compañía en una noche solitaria entre tanta gente.

Armin a veces recuerda esa noche, esas lágrimas y esa cama. La recuerda con anhelo, y se siente culpable. Pero es que Jean es de los que luchan por sobrevivir, y Armin de los que sobreviven para luchar; por él, por Eren, por Mikasa. Pero esa noche, se dio cuenta de que merecía la pena luchar también por Jean.

JEARMIN WEEK 2020 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora