Capítulo 3

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Nos seguimos besando, su lengua contra la mía. Ese contacto tan cálido hizo que me estremeciera. Yuu soltó un leve gemido, o puede que hubiera sido la mío, no sabía nada desde que me adentré en sus brazos. De pronto, me di cuenta. Yo tenía novio y me aparté bruscamente.

-Yo...lo siento, no...no puedo hacerlo-le dije.

Me fui corriendo hacia la cancha, y entonces fue cuando los vi. Tooru e Iwaizumi estaban pasándose la pelota. Tooru ya no parecía enfadado como lo estaba conmigo. Con Iwaizumi se veía feliz.

Fue entonces cuando los celos se apoderaron de mí, di media vuelta y me dirigí hacia Yuu.

Le pude entender algunas sílabas antes de que lo volviera besar. Esta vez, olvidé a Tooru y al voleyball. Solo pensaba en los labios del pequeño chico.

Nos separamos un momento para coger aire y él me miró con cara confusa.

-Te elijo a ti, enano -le dije en bajito con una leve sonrisa.

Fue en ese momento cuando Tooru nos vio, afortunadamente no se había dado cuenta del beso pero miró a Noya con cara de pocos amigos.

-¿Qué haces tú con mi novia? -le dijo al del mechón rubio.

-Estábamos hablando del partido en el que perdiste contra mí - el pequeño se puso de puntillas para intentar estar a su altura, pero aún no le llegaba a los ojos.

-Cállate, líbero. Yo al menos juego todo el partido.

-No importa que no juegue todo el partido, lo importante es que cuando estoy en la cancha, lo hago bien. Por eso, voy a seguir en la cancha de los nacionales -Noya se cruzó de brazos, siendo el ganador de esa pelea.

Tooru me miró y me agarró del brazo bruscamente en un ataque de rabia y celos. Me quise soltar, pero él era demasiado fuerte. Me llevó hasta un lugar alejado de Yuu y entonces fue cuando me liberó.

-¿¡Qué estás haciendo!? -le grité.

-Solo te protejo de hablar con gente que no vale la pena.

-Tú no eres mi padre, este no es el Tooru que conozco. Me voy casa y cuando decidas lo que te importa de verdad. Me llamas -dije girándome mientras contenía mis lágrimas. No iba a llorar en frente de él.

En realidad, no pretendía irme a casa. Quería vengarme de Tooru, iba a acostarme con Nishinoya.

Fui hasta donde estaba el pequeño líbero con paso apurado, sequé mis lágrimas con la mano y cuando llegué a su lado me agarró de la cintura y empezó a besarme, mientras yo le acariciaba el pelo. Creí que estaría molesto conmigo, pero parecía que estaba orgulloso de la decisión que tomé de dejar a Tooru de lado.

Entonces fue cuando se me ocurrió.

-Vamos allí -dije señalando el almacén del pabellón.

-¡Rolling Thunder! -dijo Noya al mismo tiempo daba una voltereta en el suelo hasta llegar al almacén.

-Eres un poco payaso -le dije entre risas

-Es mi mejor movimiento -me respondió, mientras se erguía.

-Pues ahí dentro verás mis mejores movimientos -le dije yo, agarrándole de la barbilla.

Oikawa... ¡No es lo que parece!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora