Cuando volví a verlo, él me apresuró a entrar porque estaba en la cocina. Ni siquiera notó lo que llevaba entre mis manos. Yo lo seguí, para verlo mover algo en la estufa; sentí que era una imagen tan hogareña, lo abracé por detrás, sólo con una mano y le di un beso en la mejilla.
—¿Para cuándo podré probar este trasero?— le pregunté juguetón y él se rió, empujándome lejos.
—Nunca— me dijo, bajando la intensidad de la flama y girándose para besarme en los labios. Ni siquiera éramos una pareja oficial. Simplemente le di la pequeña caja negra que contenía un anillo barato que compré con el poco dinero que me quedaba en el banco; él la miró con curiosidad—. ¿Qué es?
—Es mejor que un pedazo de hilo— sonreí. Jimmy soltó una risa nerviosa, sin siquiera abrir la caja.
—Era broma— me dijo, sonando nervioso.
—Yo no estaba bromeando— le dije con una sonrisa.
—Robert— me dijo, sonando a una queja, luego miró la caja y me la devolvió, pero yo no la tomé.
—Tú lo propusiste— tomé sus caderas y besé su mentón—. Yo sólo traje el anillo— aseguré.
—Te odio— murmuró, pegando su frente a mi hombro.
—Sí. Por eso te vas a casar conmigo— le recordé. Él levantó la vista, luego se puso el anillo, ante mi sonrisa entusiasta.
—Bien, pero no tendrás mi trasero hasta la noche de bodas— advirtió. Admito que pensé que se resistiría más a la propuesta. Sonreír y lo besé.
—Eso sólo funciona para los vírgenes— señalé, a pocos centímetros de su rostro.
—Técnicamente lo soy— aseguró.
—¿Me harás esperar?— hice un puchero y él asintió, con una sonrisa traviesa.
En la boda volví a tener esa sensación excitante; cuando Jimmy me dio el "sí", mi corazón revoloteó. Todo el día me sentí emocionado, no sólo por la recompensa de la noche, sino porque estaba ahí, casándome con el chico de mis sueños de adolescencia. Era Jimmy Page, el que había sido el chico más popular y bonito de la escuela, una estrella de rock, ahora el músico de sesión más popular de la ciudad; pero lo más importante, un chico tímido, dulce y rarito, justo como me gustan.
La sorpresa de la boda fue el acompañante de Bonzo... Jonesy. Tuve que sonreír y alegrarme por ellos. Y ahora que son una pareja más seria tengo que soportar a Jonesy en comidas o viajes, aunque es menos insoportable ahora, supongo que lo hace por John, a quien llena de regalos costoso, desde relojes suizos hasta automóviles.
En cuanto a la noche de bodas, lo dejo a su imaginación, sólo deben saber que Jimmy me mostró un nivel de confianza que ni siquiera yo esperaba; estaba tan relajado y dispuesto. Supongo que le había probado que no sufriría más conmigo y eso casi me hace llorar. A quién engaño, lloré, porque lo amo.
Admito que no creí del todo la inocencia de Jonesy hasta que el tiempo transcurrió y era evidente que sólo era un millonario con una empresa discográfica y yo un simple cantante amateur. No representaba una amenaza para él, pero sí una potencial fortuna, si la banda tenía éxito.
Sobre los mensajes, nunca estuvimos seguros de que era Jeff quien los había enviado, pero apostamos a que lo fue, no hay nadie más.
¿Quieren saber de nuestra vida después de la boda? Como pareja, no puedo decir que seamos muy normales. Solemos insultarnos... con amor, claro. Sin embargo rara vez discutimos de verdad y cuando lo hacemos es culpa de Jimmy. Bromeo, cuando discutimos seriamente nos reconciliamos muy rápido.
Ahora que lo veo en retrospectiva, nuestra relación fue algo tóxica, ambos nos hicimos mucha daño y hubo rencor involucrado; esas cosas rara vez se superan, pero Jimmy y yo lo logramos. No estoy orgulloso de mucho de lo que hice, pero ya está en el pasado y sólo puedo usarlo para mejorar.
La vida a su lado es maravillosa. El mundo cambia cuando das amor en lugar de odio.
Fin.
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Jimbert - Heartbreaker 2 - Rompecorazones 2
FanfictionUna continuación de Heartbreaker. Bajo el mismo concepto: contado a manera de diario, en primera persona, capítulos cortos. Esta vez Robert va a contar cómo consiguió aquello que contó en el último párrafo de la primer historia.