Día 7

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Día 7

La siguiente vez que llegué al estudio, Chris y Jimmy ya estaban ahí, ambos asegurándose de que sus instrumentos estuvieran afinados. Esperamos a McCarty un rato, hasta que Jimmy recibió un mensaje de texto (a estas alturas era evidente que él estaba a cargo); el mensaje era de nuestro baterista, renunciando a la banda; su excusa fue bastante razonable si la pienso, era un texto breve, pero explicaba que tenía un bebé en camino al que necesitaba mantener y la banda no era suficiente para asegurar eso.

—¿Qué vamos a hacer sin baterista?— inquirió Chris, se escuchaba preocupado. Jimmy suspiró y marcó el número de McCarty, pero este colgó, negándose a explicar más allá de su texto.

Maldije en silencio. Eso no era bueno en absoluto, la banda no podía desintegrarse así, no después de haber vencido a Jones. Entonces recordé a Bonzo, hacía meses que no lo veía, pues se había mudado a las afueras de la ciudad, pero sería perfecto.

—Conozco a alguien— sonreí, los otros dos parecían aliviados.


Le pedimos a Bonzo que viniera a hacer una audición, resultó que él conocía a la banda y sabía que Jimmy estaba en ella, pero nunca me lo mencionó antes, cosa que encontré ofensiva, pero no lo mencioné.

Obviamente Bonzo no llegó ese mismo día a la audición, así que sí, estoy poniendo dos días distintos en uno solo; es mi diario, es la historia de mi vida y puedo hacerlo de nuevo si quiero.

Bueno, mi mejor amigo John llegó con la banda, le di un fuerte abrazo, intercambiamos breves palabras y procedió a sentarse detrás de la batería para tocar algo de blues con nosotros. Jimmy se paró frente a la batería, tocando para Bonzo y yo abracé los hombros de Jimmy y canté para ambos. Chris se mantuvo cerca, pero no demasiado.

Sólo tocamos una canción, así que no fue nada extravagante, pero John pudo demostrar su potencial.

—Eres muy bueno— le dijo Jimmy, aunque ese cumplido le quedaba corto a Bonzo, quien se levantó del banco y dejó las baquetas encima.

—¿Podemos hablar, Bob?— me pidió con una sonrisa.

—Claro— lo llevé fuera del estudio y le di otro enorme abrazo—. Le encantaste a Jimmy— aseguré. Bonzo me sonrió.

—¿Están juntos?— inquirió, yo no percibí su tono real.

—No, pero podría ocurrir, él sigue siendo hermoso— aseguré. Bonzo asintió, luego se quedó callado por largo rato, lo que me preocupó—. ¿Pasa algo?— bajé mi tono.

—Me mudé porque no soportaba verte con otros chicos— confesó, borrando mi alegría de golpe—. No soportaba verte coquetear todo el tiempo— explicó. Yo estaba casi conmocionado—. No te estoy culpando de nada, soy yo quien se siente así— aclaró—. Simplemente no puedo verte con alguien más, me duele tanto que prefiero no verte.

—Creí que...

—No llores— me rogó, haciendo que me diera cuenta de las gotas que corrían por mis mejillas—. No me perdonaría haberte hecho llorar— aseguró—. Lo lamento, en serio creí que iba a superarte, pero no puedo, te veo y sólo quiero besarte y sé que no debo... y verte con Jimmy no me hará bien.

Yo no quería escuchar ni una palabra más, sólo lo abracé y le dije que lo quería mucho, él sabía que lo hacía. John rompió mi corazón y no de una forma romántica, era mi mejor amigo, mi hermano. Me dio un beso suave en la mejilla, apartándose de mi abrazo.

—Adiós— fueron las últimas palabras que me dijo.

Jimmy salió del estudio a tiempo para verlo marcharse, su mirada expresaba todo menos felicidad.

—¿Otro de los chicos a los que le rompiste el corazón?— preguntó serio, cruzándose de brazos.

—No es lo que crees— le dije, secando mis lágrimas—. Él me veía hermoso cuando nadie lo hacía, pero es como mi hermano— confesé. La mirada de Jimmy se ablandó.

—Pues lo siento, pero ahora seguimos sin baterista— sólo dijo, volviendo al estudio. A veces olvido lo frío que es Jimmy.

—Sigues siendo una perra— musité.

—¿Disculpa?— regresó, cruzándose de brazos.

—Mi mejor amigo acaba de decirme que no quiere volver a verme porque no soporta que esté con otros, ¿y tú te preocupas por un baterista?— lo cuestioné. Se quedó serio, mirándome como si yo supiera porqué lo hacía.

—¿Qué quieres que te diga?— me preguntó tranquilamente— ¿Que siento que te hiciera llorar? No lo siento, te mereces que te rompan el corazón también— me dijo, antes de entrar en el estudio de nuevo.

Oh, me había hecho enojar, ¿cómo se atrevía a ser tan cruel cuando mi corazón estaba hecho pedazos? Por un segundo volví a sentir de golpe ese odio que sentía por aquel chico vano y superficial que me rechazó.

Lo seguí al estudio y tiré de su brazo para empujarlo contra la pared y aprisionarlo ahí. Él se asustó por lo repentina de mi acción, pero se quedó quieto, mirándome, como si me retara a hacer algo de lo que me haría arrepentirme.

—Creí que querías ser profesional— dije—. Sigues actuando frío y grosero...

—Estoy siendo profesional— me interrumpió—. Tú estás metiendo tus sentimientos en esto. Necesitamos un baterista— aseguró.

—Bueno, sorpresa— levanté la voz, acercándome más a su rostro—, soy una persona y tengo sentimientos.

—Lo que tienes es un serio problema de narcisismo. No eres el centro del maldito universo— aseguró, cruzándose de brazos, a pesar de lo cerca que estaba de su cuerpo.

—Ah, disculpa— dije con ironía—. ¿Cuál debe ser mi prioridad? ¿Esta estúpida banda que se cae a pedazos?

—Esta estúpida banda lo es todo para mí— me gritó, haciéndome callar de inmediato. Yo bajé mis brazos, que lo mantenían aprisionado y lo miré con culpa, había lágrimas en sus ojos, lo había hecho llorar de nuevo—. Vete a la mierda— mumuró, mientras salía por la puerta del estudio.

—A veces es un poco emocional— me dijo Chris; no sabía que había estado ahí todo el tiempo, con un refresco en la mano—. Hubieras visto cómo lloró cuando Jeff le dijo frente a la banda que sólo se había hecho su amigo para conseguir sexo, como todos— dijo divertido. Mi rostro debió expresar lo horrorizado que estaba al escuchar eso, porque asesiné su sonrisa en menos de un segundo.


Baje las escaleras del estudio, para encontrarlo en el callejón al que daba la salida de emergencia, fumando un cigarrillo. Volteó la cara en cuanto me vio salir.

—Tienes razón, a veces siento que el mundo gira a mi alrededor y eso me hace ignorar que los otros sienten y tiene prioridades que no son yo— expliqué.

—Al menos ahora eres capaz de reconocerlo— me dijo, todavía con un dejo de rencor en su tono.

—Lo siento— dije bajo, pero el soltó una risa airosa, una disculpa no era suficiente, nunca lo fue—, por todo. He hecho muchas cosas de las que me arrepiento, pero si pudiera volver atrás y cambiar una sóla cosa, de todos mis errores... sería ese día— le dije, él me miró—. Ese día te habría dicho que sí— confesé. Debo admitir que me sentí vulnerable, le estaba confesando que todavía había algo en mí que lo deseaba. Él volvió su mirada a su cigarrillo y dio una última calada, antes de dejarlo caer al suelo y pisarlo.

—Si yo pudiera cambiar algo de mi pasado— comenzó, mirándome al final—. También sería ese día. Nunca te habría preguntado— sonó casi amenazante—. A veces siento que todo lo malo en mi vida es culpa tuya— soltó una risa airosa, luego me rodeó e ingresó al edificio.

Suspiré, me dolieron sus palabras, pero entendía perfectamente que se arrepintiera del peor día de su vida.

Jimbert - Heartbreaker 2 - Rompecorazones 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora