Jimbert - Heartbreaker 2 - Rompecorazones 2

Día 6

Día 6

Después de anunciar en redes sociales la nueva alineación, con una foto que provocó reacciones de todo tipo; tuvimos nuestro primer concierto como los New Yardbirds, la respuesta del público fue fenomenal.

Tocamos por casi dos horas, la química sexual entre Jimmy y yo fue capaz de encender al público. Mi voz estilo blues había devuelto a la banda a sus inicios y los fans no podían estar más felices con ello.

Me incliné contra Jimmy, canté para él y la mejor parte era que él mismo seguía el juego; entonces no estaba consciente de ello, pero era su capacidad para separar su vida privada de la profesional, él era un músico con años de experiencia y la música era antes que su rencor.

Nos sonreímos, mientras él tocaba para mí, nuestros rizos se entrelazaban cuando me inclinaba contra su hombro, mi cabello era mucho más largo que el suyo, pero sus rizos se veían más bonitos en su cabello recortado.

Bajé de ese escenario con una enorme sonrisa y enormes ganas de coger, eso lo recuerdo muy bien; era como si frente a los ojos de todo acabáramos de hacer el amor, aunque sin el orgasmo final. La única vez en mi vida que me volví a sentir así fue cuando Jimmy aceptó ser mi esposo, pero ya llegaremos a esa parte.

No había visto a Jeff en el público, pero cuando nos alcanzó en el pasillo era evidente que había visto el espectáculo y no estaba contento con ello.

—Tiene buena química en el escenario— dijo una voz a nuestras espaldas, haciéndonos girar. Era Jeff y su comentario era para Jimmy—. ¿Por qué no me dices la verdad de lo qué pasa entre ustedes dos?

—No hay nada— dijo Jimmy, después de, obviamente, preguntarse a sí mismo qué hacía Jeff en el concierto; su rostro lo expresó.

—Me odia— le dije serio. Jimmy me miró un segundo.

—¿Entonces por qué le sonríes así en el escenario?— interrogó a Jimmy. Sonaba casi celoso.

—No quiero que todos sepan que nos odiamos— señaló lo obvio—. Además...

—Yo no te odio— aclaré.

—Cállate— me silencio, estaba teniendo una discusión importante con la única persona que había estado ahí para él siempre y yo no entendía eso—. Además, no tengo que darte explicaciones— respondió molesto. Oh, pensé, parece que cuando Jeff dejó la banda se peleó con Jimmy.

—No lo dije en serio. Estaba molesto porque lo prefieres a él sobre mí— explicó. En ese momento no tenía idea de qué estaban hablando, pero como seguro ya suponen, Jeff dijo algo que lastimó a Jimmy.

—Claro que lo decías en serio— contestó, conteniendo su llanto o su molestia, no sabría decirles, quizás ambos—. No quiero volver a verte— dijo más bajo, luego continuó su camino. Yo lo seguí hasta el camerino, lo vi sentarse en el sillón viejo y suspirar profundo.

Estaba extrañado, Jeff parecía el único hombre que comprendía a Jimmy y que estaba ahí para él en todo momento, parecían tan unidos que todo mundo suponía que se acostaban y ahora sucedía esto.

—¿Estás bien?— pregunté bajo. Él me miró, con los ojos vidriosos.

—Perdí a mi único amigo— dijo tras un suspiro, secando las pocas lágrimas que comenzaron a salir. Yo me acerqué a él, casi con timidez, como si esperar que me gritara y echara de ahí; me senté a su lado y lo abracé. Él se recargó contra mí, me dejó tomarlo entre mis brazos y acariciar su hombro.

—Tal vez es hora de que tú y yo hagamos las paces— murmuré. El asintió en silencio.

—Es lo mejor para la banda— me dijo—. No más insultos, no más peleas absurdas— aseguró. Su respuesta se sintió fría. Yo le estaba ofreciendo mi amistad y él una relación laboral, hacer las paces por profesionalismo. Dolió, me dolió cuando se retiró de mi abrazo y salió por la puerta y fue en ese preciso momento cuando descubrí que sentía algo por él.

No simplemente pensaba que seguía siendo tan hermoso como antes y definitivamente no me gustaba como cuando rechazó mi primera invitación; era diferente, me había vuelto a enamorar de él, ahora por su misterio, por su talento, por ser un hombre y no un jovencito. Y su idea de tener sólo una relación profesional, era como si cada vez que le había hecho daño con acciones o palabras se devolviera a mí y me golpeara directo en el corazón.