Ch6: Que mi pasado te de fuerzas

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El trabajo era pesado, pero era lo que por ahora les iba a ayudar hasta juntar lo necesario para ir de nuevo a otro pueblo o ciudad.

Liam les enseñó a ambos cómo recolectar mazorcas y espigas. Los tres hacían esa labor en una parcela y sus demás familiares del chico en la otra parte o realizaba en otras actividades.

—Van bien —dijo Liam sonriente a los dos.

—Gracias —respondió Sam con una sonrisa.

Dos semanas y llegaron a aprender lo básico en la recolección de lo que producía la granja.

Liam se acercó a Lincoln para darle unas palmadas en su espalda en señal de que lo hacía bien. El peliblanco se asustó de eso y se escondió detrás de su amiga.

—L-Lo siento, no fue mi intención asustarte —dijo el granjero.

—No te preocupes, recuerda que no tiene costumbre de establecer lazos con otras personas —decía eso mientras trataba de calmar a su amigo.

El chico de cabellos naranja se fue a realizar lo suyo mientras dejó a los chicos. Se sintió un poco mal por la reacción de Lincoln.

Sam tardó un poco en calmar a su amigo, desde hace días que la condición de su amigo empeoraba, cualquier cosa lo tiene paranoico.

—Lincoln... debes tratar de tomarte las cosas con calma —lo miró mientras sacaba unas mazorcas y las colocaba en un saco.

Desde hace días que no habla, Sam no podía culparlo, lo que le pasó fue algo que a cualquiera lo dejaría peor de lo que está.

El muchachito hacía las labores de manera perfecta, al no hablar para nada, se concentraba en llenar los sacos con las mazorcas y espigas. Sam era la que las llevaba al granero.

En ningún momento del día quería separarse de su amiga, pero tenía que hacerlo. Sam hacía la mayoría de tareas que habían allí en esa granja. Tenían suerte de que los señores no llamaran la la alguien de la ley para saber si eran buscados.

La hora del almuerzo llegó y Liam comió junto a ellos. El peliblanco tomaba la sopa sentado en un rincón del granero.

—Esta sopa es muy buena, mi abuela es la única que la prepara —tomó unas cucharadas—. ¡Deliciosa!

Sam reafirmó aquello con una agradable sonrisa, Liam le correspondió eso. Pero sus miradas se posaron en el niño de cabellos blancos.

—Sam, no es por ser alguien que se mete en sus vidas, pero... —miró al niño tomar la sopa con miedo— ¿por qué Lincoln es así?

La rubia dejó de tomar la sopa, parecía algo molesta, pero no era así. Miró fijamente a su amigo, se dio cuenta que estaba distraído en sus pensamientos, los cuales le hacían surgir miedos.

—¿Alguna vez has salido de la granja? —lo dijo tratando de tomar otra cucharada de la sopa.

—Sí, no solo permanezco en la granja, a veces con mi abuela y mis padres vamos a la ciudad y vendemos nuestras cosechas, pero la mayoría del tiempo mi vida es la granja —dijo con amabilidad.

—Te recomiendo nunca estar solo en la ciudad, ni estar confiado de las personas a tu alrededor —miró a su amigo con pena—. Él es el máximo ejemplo de lo anterior porque... te pueden pasar cosas horribles —se lo dijo con culpa.

—¿Pero no estuvo contigo? —preguntó con confusión.

—Yo no he sido una buena amiga, es por eso que parecía que él estaba siempre solo —las ganas de comer se le iban.

Blanco y Turquesa (Reboot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora