Ch1: Una realidad incompatible...

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Cap

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Cap. #1: Una realidad incompatible

1972

No reportaron su desaparición, eso les dio más motivos para creer que mentía y era uno de esos ladronzuelos de la calle. No tenía recuerdo alguno, tan solo venían a su mente unos rostros borrosos de unas personas que deberían ser de personas cercanas. No opuso resistencia alguna como suele ser usual... se notaba muy confundido.

Sin más que indagar, se lo llevaron de la estación de policías. Después de dos días, lo llevaron a un orfanato de un pueblito de la ciudad de Arkansas donde se encontraba perdido supuestamente por tres días.

El camino, por el cual pasaba el vehículo policial, estaba lleno de hojas que sucumbían después del esplendor de su decoración natural, dos grandes murallas con una entrada de rejas.

Allí afuera le esperaban dos personas que, al ver bajar de la patrulla al niño, pasaron a decirle que no se preocupe por él porque lo tratarían bien como a los demás niños. Lo presentaron ante una parte de los chicos de allí, le dieron una bienvenida no tan cálida, por no decir obligada por el protocolo.

Algo que obviaron los agentes al entregar al muchacho fue el mencionar su nombre y su posible amnesia retrógrada.

—No lo sé señora, disculpe —dijo el muchachito asustado a la directora de apellido Johnson.

Esa mirada de miedo no les permitió tratar de indagar más en lo que podía recordar. Uno de los niños dijo que le diría blanco por el color de su cabello.

El niño no mostró objeción alguna por dicho sobrenombre, agregando que la señora no quería extender más aquel momento, lo dejaron así.

La hora del almuerzo y cena fue un tanto incómodo para él, los niños no intentaron hablar tanto con él porque pensaban que era idiota por no tratar de hablar.

Lo curioso era que los niños comían en una mesa separada de las niñas, aquellos objetos eran enormes porque eran muchas personas. Cuando volteó a mirar a esa mesa, una niña de las mayores lo miró con seriedad. No dijo nada y prefirió comer sin tener contacto con nadie.

Todos se acostaron a las nueve de manera exacta ni bien se terminó la hora de la cena, era una de las tantas reglas que debían obedecerse.

Al niño le dieron una litera cerca a la ventana y de allí se podía ver un cielo oscuro, pero con estrellas que brillaban de manera continua.

No podía recordar absolutamente nada, eso le hizo llorar de manera impotente porque sabía muchas cosas, pero no sobre las personas que debían estar con él.

Ya era de día, había acabado el fin de semana y todos los niños recibían clases allí con profesores que enseñaban unos días al pueblo y otros días en el orfanato. Los preadolescentes y adolescentes iban a la escuela del pueblo, pero eran pocos en el orfanato.

Blanco y Turquesa (Reboot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora