Heredera De Hufflepuff 《Theodore Nott》

Capítulo 12

Estaba sentada en una silla de la oficina del director mientras veía el desastre que estaba ocurriendo en estos momentos.

Luego de salir de la sala de los campeones, Caden me estaba esperando, este me llevó a su habitación y me preguntó que estaba pasando, le conté todo, este furioso al saber que participaría en el torneo le escribió rápidamente a mis padres, haciendo un hechizo avanzado para enviarles inmediatamente la carta.

A la hora tenía a mis padres junto a mis tíos gritándole al director Dumbledore y al señor Crouch.

Mi primo Damien estaba detrás de mí, tomando mis hombros.

—Señores, no hay nada que se pueda hacer, el cáliz dicta las reglas —negó el señor Crouch.

—No me venga con esa estupidez Barty, ya tienen a cuatro campeones, dejen que mi sobrina salga de esto —exclamó mi tío Aramis de forma furiosa.

Por otra parte mi madre gritaba en francés de forma furiosa a Madame Maxime.

Suspiré acariciando mi cara, esto es vergonzoso.

—Tiene que ser un error ¡es solo una niña! Por algo hicieron la regla de que fueran solo estudiantes mayores de diecisiete ¡por los peligros de las pruebas! —exclamó mi padre al director.

—¡Si algo le sucede a mi Helianna le juro que quemaré el ministerio Barty... ¡Lo quemaré! ¡no me importa terminar en Azkaban! —gritó mi tío Lucien de forma demente.

Todos se callaron y volvieron a ver a mi tío.

Por Merlín llévame.

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Entre cerré los ojos al sentir la luz de la cámara.

Estaba sentada en una silla al lado de Fleur, los chicos estaban de pie detrás de nosotras.

Queda claro que mi familia no ayudó a sacarme del torneo.

—Que carismático quinteto —habló entre dientes la mujer —. Hola, soy Rita Skeeter, escribo para el diario el profeta... pero eso ya lo sabían —sonrió de forma falsa mientras estrechaba nuestras manos.

Fleur y yo nos vimos.

—A ustedes no los conocemos, ustedes son la noticia, que rarezas esconden tras esas rosadas mejillas —continuó hablando, acarició la mejilla de Fleur y la golpeó ligeramente —. Que misterios enmascaran esos músculos ¿la valentía se esconde tras esos rizos? ¿que motiva a un campeón así?... quiero saberlo y también mis lectores —dijo estando entre Harry y Cedric.

—Bien ¿quien será el primero? —preguntó y todos nos vimos —. Que sea el caballero más joven —dijo y se llevó a Harry.

Suspiré levantándome de la silla, Cedric me vio y tomó mi mano para alejarnos de los demás.

—Helianna ¿qué diablos pasó? —preguntó viéndome serio.

—Eso mismo me pregunto yo Diggory, no tengo idea de qué pasó, yo estaba preocupada de quienes terminarían en el torneo y ¡oh sorpresa!... ¡terminé yo también aquí! —exclamé molesta.

Este asintió viéndome apenado.

—Lo siento, fui idiota al pelear contigo la otra noche, pensé que nunca me gustaría otra chica, pero Cho me gustó y tenía miedo de como reaccionarias, luego estaba nervioso por lo de poner mi nombre en el cáliz y me desquite conquistó, no sabes cuanto lo lamento —dijo tomando mi mano.

—Lo entiendo Cedric, te gusta una chica, no me enojé por eso, me enojé porque la besaste y no me dijiste, me sentí traicionada porque soy tu mejor amiga —negué haciendo una mueca.

—Enserio lo siento, no quiero pelear contigo, eres mi mejor amiga y ahora nos necesitamos más que nunca, tenemos que estar unidos para saber como pasar las pruebas, ten por seguro que te protegeré con mi vida en ese torneo Lia —dijo viéndome, sonreí y lo abracé.

Sentí un tirón en mi brazo, vi confundida como Rita me jalaba.

—Tu turno señorita Hufflepuff —dijo llevándome.

Vi a Harry y este negó asustado.

Me senté en un pequeño banco que había, Rita me vio de forma intensa, vi curiosa como había una pluma que volaba y escribía por ella.

—La gran señorita Hufflepuff ¿cómo fue que metió su nombre en el cáliz? tal vez vio que el señor Potter lo hizo y se sintió amenazada al saber que usted no era la única celebridad —dijo viéndome atenta.

—¿Qué? por supuesto que no, yo no puse mi nombre en el cáliz y menos lo haría por fama —negué rápidamente.

—Bueno cuéntame Helianna ¿qué hará para ganar? tiene nada más y nada menos que a su prometido de campeón de Hogwarts, ese supongo que será un caballero y la dejara ganar, pero también estara compitiendo con su compañera de Beauxbatons, la señorita Delacour, esta supongo tiene mas experiencia que usted, así que ¿qué hará al respecto? —dijo y la vi incrédula.

—Yo no quise esto, pero haré mi mayor esfuerzo y... —dije, pero esta me interrumpió.

—Debe ser difícil para ti, la estudiante Hufflepuff de Beauxbatons, por un simple accidente tuvo que ser sacada por sus papis de su propia casa de Hogwarts, que pena... —dijo, pero la interrumpí levantándome de forma furiosa.

—No más preguntas —dije y la empujé para salir de ahí.

¿Cómo se atreve?

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Hice una bola el periódico del profeta de forma furiosa, Skeeter no había hecho más que escribir tonterías sobre todos.

Me levanté al ver a Lune, la lechuza negra de mi madre, agarré la carta y le di un bocadillo a la lechuza antes de que se fuera.

No había podido hablar con mi familia luego de la catástrofe en la oficina del director, ya que el director Dumbledore los echó sin dejar que nos despidieramos.

La carta decía que a pesar de ese desastre ellos me apoyaban, están orgullosos de mí y saben que ganaré el torneo, solo tengo que dar lo mejor de mí.

Sonreí viendo como todos firmaban.

Tienen razón, daré lo mejor de mí, pero no para ganar el torneo, haré lo imposible para que Cedric gane, este era su sueño y yo lo ayudaré a cumplirlo.

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