+18 Mi Pecado: Amarla. - TERMINADA -

Mi vida vuelve a tomar sentido.

En esos momentos, MiYoung y yo éramos un manojo de nervios, sentíamos que el mundo se nos venía encima, y yo quería defender a mi amiga, pero tanto era el nivel de mis nervios, que no podía articular palabra alguna. Fue hasta ese momento, en que MiYoung se acercó a mí, y tomando mi mano, me hizo recordar la promesa que le había hecho en el autobús.

   - Señor Hwang, con todo el derecho que usted se merece. Usted no es nadie para gritarme, sé muy bien que yo no puedo entrar a su casa, si no es acompañada de su hijo, pero en esta ocasión, entré acompañada de su hija, ya que no tiene sentido alguno lo que usted hizo con su hija. Recuerde a su difunta esposa, ¿usted cree que ella hubiera querido que hubiera abandonado a MiYoung en una escuela militar a kilómetros de casa? – le dije al señor Hwang, con furia y gallardía en cada una de las palabras que le iba diciendo.

   - Claro que no, mi amada JangMi jamás hubiera querido que Stephanie fuera internada en una escuela militar, pero también estoy seguro, que ella no hubiera aguantado haber atestiguado lo que tu mamá y yo vimos el día de su graduación, así que no vengas a hablar de lo que a mi JangMi le hubiera gustado o no, ya que debido a la atrocidad que tú y mi hija estaban haciendo es que tomé esa decisión. – me dijo el señor Hwang, y cada una de las palabras que decía me dolía más y más, pero tenía que defender a MiYoung.

   - ¿Atrocidad? No señor, eso no es ninguna atrocidad, es una muestra de cariño y amor, así como cualquier otra, tal vez le pareció algo malo porque al final de cuentas yo soy novia de su hijo, y en esos momentos le estaba siendo infiel, y después de pensarlo un poco, me he decidido a jamás volver a serle infiel a JongHyun, así que si su preocupación es que algún día nos vuelva a descubrir a MiYoung y a mí como la noche de nuestra graduación, pierda cuidado, mi mamá me ha enseñado valores, y mientras siga siendo novia de JongHyun eso no pasara. – le dije al señor Hwang, para tratar de convencerlo que dejara que MiYoung se quedara en la casa, y que pudiera tener una vida normal como la de antes.

   - Y, ¿en serio piensas que voy a creer en tu palabra? – me preguntó el señor Hwang, y antes de que pudiera contestarle, prosiguió hablando. – a decir verdad, he extrañado mucho a mi hija, yo a ti no te debo ningún favor TaeYeon, pero esto que voy a hacer a continuación, lo haré por la enorme amistad que ha surgido entre tu mamá y yo, por el inmensurable amor que aún siento por mi difunta esposa JangMi, y por el amor que también siento por mi pequeña hija Stephanie, la dejare volver, y mañana a primera hora la iré a escribir a la preparatoria donde su hermano la puede cuidar de tus garras, TaeYeon. – nos dijo el señor Hwang, y aunque yo estaba confundida, porque no sabía si había ganado o perdido, pude ver que, a pesar de ser una persona tan seria y reservada, el señor Hwang sentía mucho amor por MiYoung, y la defendería a capa y espada, siempre y cuando no volviera a desilusionarlo como lo desilusionó aquella vez que estaba en mis brazos.

   - Pues, no sé qué decir, creo que gracias, MiYoung se merece tener una vida normal y asistir a la preparatoria que están asistiendo su hermano y sus amigas. – le dije al señor Hwang, y le agradecí que haya cambiado de opinión.

   - Y también con mi novio, porque GeunSuk también está asistiendo a esa preparatoria, ¿lo olvidas Tae? – me corrigió MiYoung, y no entendía porque lo había hecho, tal vez el hecho de que su papá supiera que ella tenía novio podía ser un punto a nuestro favor.

   - Cierto amiga, lo olvidaba. – le dije a MiYoung, aunque no lo había olvidado, sino que en un principio pensé que sería mala idea nombrar a GeunSuk, sobretodo porque creo que MiYoung no tenía muy gratos recuerdos de él en esos días.

   - Bueno, yo me retiro, iré a con JongHyun a pedirle que me lleve a mi casa, y me alegro mucho que hayan resuelto sus diferencias, y créame señor Hwang, haré todo lo que esté a mi alcance para ya no causarle problemas, a partir de hoy solo quiero que usted me vea como lo que soy, la novia de su hijo, y nada más. – le dije al señor Hwang y repentinamente me pareció haber visto un gesto amable en su rostro.