Capítulo 1

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Marizza.

Una mañana tranquila, dormía plácidamente hasta que los gritos de Pilar, mi hermana melliza, me despertaron:

- ¡Arriba Marizza, dale!

Abrí mis ojos con algo de dificultad, para luego colocarme boca abajo y chocar mi cara con la suave almohada, dándole la espalda.

- ¡Sólo un ratito más te pido! - rogué en respuesta.

-No, ya pedís mucho - oigo su risita.

Resoplé, cansada. Comencé a desperezarme en mi cómoda cama, estiramientos van, estiramientos vienen, me levanté. Me puse mis queridas pantuflas que hacían conjunto con mi pijama, me lave la cara, los dientes, y bajé por la gran escalera unos minutos después de ella.

Al llegar a la planta baja, susurré una queja.

- ¡Llegó tu ahijado favorito! - dijo Pili al verme bajar.

Busqué con la mirada a mi ahijado y a mi hermana, hasta que estuvieron en mi campo de visión; él a upa de ella, abrazándola y con un dedito en su boca.

- Es el único - dije divertida.

Ella río y acercó el bebote a mis brazos, éste los estiró y lo agarré con emoción.

- Hola lindo - dejé un beso en su cachete -. ¡Buen día!

- Apúrate melli - me distrajo Pilar.

- Que garrón tener una tía como la tuya, Lu - le susurré al bebé.

- ¡Te escuché! - fingió seriedad.

Reí, para luego comenzar a hacerle algunas cosquillas a Luciano, el hijo de mi hermana mayor, Felicitas. Lo llené de besos por toda la cara, además de algunos pellizcos en sus regordetes mejillas.

- Hace rato vino Luján - dijo Pilar, llamando mi atención mientras preparaba café.

- ¿Ah, si?

- Si... preguntó si vimos a Pablo.

- Odio cuando se va sin avisar - replico enojada.

Pilar me ve con un brillo de diversión en sus ojos. Socarrona, pregunta:

- ¿Por qué tendría que avisarte a vos?

- ¡Es mi mejor amigo! Me tiene que contar todo.

Ella ríe y me mira obvia.

- Ustedes dos se miran con otros ojos
- un atisbo de emoción se ve reflejado en su voz.

- Naaa - reí alargando la "a" -. Tenés una tía loca vos - dije mirando a Luciano.

- ¿Podes cuidarlo hoy? - dijo Pilar, cambiando de tema -. Feli me lo dejó, pero yo tengo planes.

¿Planes?

- ¡No se nada de bebés!

Y es verdad; a penas y sé jugar con ellos. No sé que les gusta, qué quieren, qué comen, como cambiarle los pañales, como bañarlos. Simplificando; no sé nada de bebés.

- Aprende melli, es un ratito nada más - pidió uniendo sus manos en forma de súplica.

Su carita de perro mojado siempre me conmueve, no sé como.

- Está bien - suspiré -. ¿A dónde vas?, ¿por qué no vas al cole?

- Por hoy no voy al cole porque voy a... pasar el día con Tomi - dijo titubeante.

- ¡Awww, suerte! - chillé emocionada.

- Gracias melli - sonrió.

...

Amor de verdad; versión Pablizza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora