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Se supone que iba a subir este capítulo ayer... se supone, pero se me olvidó. Lo siento por eso

Espero lo disfruten ;)

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Capítulo 2

Wei Wuxian camina por las calles del mercado de Muelle del Loto balanceando una botella de alcohol mientras observa el proceso de reconstrucción de los locales que aún no habían terminado, utilizándolo como excusa para no tener que volver y ser sometido a más preguntas incómodas del porqué no traía a Suibian consigo o el porqué no estaba ayudando con las partes más pesadas de la reconstrucción. No lo dirá en voz alta, pero también está huyendo de los gritos de Jiang Wanyin y las miradas precavidas que los nuevos discípulos le dedican; está cansado de fingir que no nota el miedo en sus ojos cuando pasa a su lado, el cómo se encogen en su lugar como si en cualquier momento fuera a levantar los cuerpos de los antiguos discípulos para atormentarlos.

Sacude su cabeza tratando de ignorar la sensación pesada en su corazón que le causa tener a los discípulos comportarse a su alrededor como si caminaran sobre hielo delgado. Le encantaría estar en ese momento asistiendo a sus entrenamientos, debido a que no puede hacer gran cosa en la reconstrucción, pero en primera eso implicaría más y más preguntas sobre Suibian y en segundo lugar se ponían bastante nerviosos teniéndolo en los campos de entrenamiento. Mejor dejar a Jiang Wanyin aterrarlos, piensa deteniéndose en un pequeño puesto de manualidades meditando vagamente si a su Shijie le gustaría alguna de las pequeñas cositas en exposición.

Está por comprar una peineta con un loto tallado y pequeños jades incrustados en la punta de cada pétalo cuando nota por el rabillo del ojo una túnica blanca que reconocería en cualquier lugar. Se gira rápidamente para confirmarlo y jadea al ver a Lan Wangji alejándose del puesto dónde estaba, le sonríe a la vendedora murmurando una disculpa antes de correr hacia el hombre.

—¡Lan Zhan! —grita cuando está lo suficientemente cerca para confirmar que sí, efectivamente se trata del hombre, quién se detiene girándose para mirarlo un poco sorprendido, o al menos quiere creer que es sorpresa lo que nota en sus ojos.

—Wei Ying —Lan Wangji saluda asintiendo hacia él.

—¡Lan Zhan! ¿Qué haces por aquí? ¿pensabas pasar por Muelle de Loto sin ir a visitarme? ¡qué injusto! —se cruza de brazos haciendo un pequeño puchero. Cuando los ojos del hombre bajan de su rostro a la mano que aún sostiene la botella de vino ríe nerviosamente llevando sus manos tras su espalda para ocultarla.

—Estoy de paso —Lan Wangji alza la vista nuevamente hacia él.

—Ya veo, ya veo —asiente varias veces balanceándose sobre sus pies, repentinamente incómodo. La última vez que habló con Lan Wangji partieron en muy malos términos, francamente no creyó que, de volver a verse, le fuera a hablar con tanta tranquilidad.

O tal vez sólo está siendo amable piensa con una leve sensación de amargura. Antes, cuando eran más jóvenes, consideraba al hombre su amigo a pesar de sus constantes negativas a tal afirmación, ahora sus constantes peleas durante los breves descansos en la guerra sobre su método de cultivo y los comentarios de otros discípulos sobre cuánto Hanguang-jun lo odiaba lo hacen dudar de ello.

—¿Cómo... estás? —la pregunta del hombre le hace alzar la vista. Espera ver cautela en sus ojos, tal vez el odio que todos siempre mencionan, para lo cual está totalmente preparado; sin embargo, sólo logra identificar preocupación y algo más a lo que no logra ponerle nombre y que lo sorprende enormemente.

Operación: Núcleo Dorado de Wei Ying vuelve a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora